Rumanía comenzó este fin de semana a exportar gas natural a la vecina Moldavia con el objetivo de acabar con la dependencia energética de Rusia de esa antigua república soviética, informan hoy medios rumanos.
El gas llega a través del gasoducto Iasi-Ungheni, que conecta a los dos países, y empieza así a ser usado como respuesta a la decisión del proveedor ruso Gazprom de reducir en un 56,5 % el suministro a Moldavia a partir del 1 de diciembre.
Moldavia, el país más pobre de Europa, ha visto gravemente comprometida su seguridad energética con la invasión rusa de Ucrania, ya que Gazprom, de la que dependía totalmente hasta hace poco, ha reducido y encarecido el gas como respuesta a la posición prooccidental del Gobierno moldavo.
Además de recurrir a Rumanía, cuyo Gobierno ha asegurado que puede ofrecer cinco millones de metros cúbicos de gas al día, Moldavia también ha empezado a importar gas de Eslovaquia y de Grecia.
Debido a los ataques rusos contra el sistema eléctrico ucraniano, Moldavia ha dejado de recibir electricidad de Ucrania y cubre sus necesidades con electricidad producida en Rumanía, que ofrece ahora en torno al 80 % de la electricidad que consume.
Moldavia comparte idioma con Rumanía, de la que formó parte como provincia entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, por lo que las relaciones entre los dos países son particularmente estrechas.
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