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Europa sigue en su lucha contra el Coronavirus. Aunque todavía nos quede mucho por hacer para ganar la guerra, ahora, más que nunca, debemos ser constantes en la protección del mañana. El impacto en nuestra economía será considerable, y este es el momento para comenzar a construir un futuro más resistente y brillante para todos. No es ningún secreto que debemos prepararnos lo mejor que podamos, siempre con un ojo puesto en el presente y el otro en el futuro que esperamos crear.

Durante años, la industria energética ha explorado, innovado e invertido en tecnologías y servicios para crear una nueva revolución industrial: sostenible, electrificada y digital. Pero esta innovación va más allá de la suma de sus partes, es mucho más que cifras de inversión. Lo que alguna vez fue solo un puñado de ideas sobre cómo hacer que la energía fuera más sostenible, se ha convertido actualmente en un ecosistema, con innumerables proveedores, competidores, clientes, agencias gubernamentales, ONG e inversores.

Este ecosistema es una pieza esencial en la economía futura de Europa

Sin este ecosistema, no podremos superar los desafíos climáticos y ambientales a los que nos enfrentamos. No obstante sabemos que muchas de las nuevas empresas y empresarios que sustentan este ecosistema están cayendo entre un apoyo estatal que no termina de llegar y dificultades para acceder al crédito. No es suficiente preparar grandes inversiones para salvar nuestras empresas europeas. Necesitamos que estas ayudas lleguen rápidamente a nuestras empresas y se creen nuevas medidas que rescaten a las start-ups que no tienen opción a conseguir un crédito, caso de la gran mayoría de éstas en sus etapas más tempranas. Necesitamos una "UCI" para nuestras empresas; un tratamiento rápido e intensivo que las ayude no solo a recuperarse, sino a fortalecerse.

Desde EIT InnoEnergy, hemos ayudado a nuestras más de 300 empresas a revisar sus planes de negocios y les hemos ofrecido nuestra experiencia técnica para facilitar su acceso a medidas de apoyo laboral, de liquidez y de subsidios. Adicionalmente, para el 60% de las nuevas empresas que requerían apoyo urgente, hemos implementado acciones urgentes proporcionando ayuda, bien financiera o para cerrar contratos comerciales. Nuestro objetivo es doble: en primer lugar, su supervivencia, y en segundo lugar, fortalecerlas mediante una rápida adaptación. La pérdida potencial de empleos es grave, pero la pérdida potencial de oportunidades es igualmente crítica.

Hoy Europa tiene a los mejores líderes de la transición energética, pero si no les ofrecemos ayuda, no solo nos despediremos del emprendimiento, sino también del futuro. Si los emprendedores ven que no están respaldados, ¿por qué deberían buscar la innovación, si el riesgo potencial es mucho más elevado de lo que era antes? En este momento, no apoyar a las nuevas empresas financiera, política y socialmente, es similar a lanzar un torpedo a la cultura empresarial que hemos cultivado tan cuidadosamente en Europa hasta la fecha. Muchas ideas de innovación seguirán siendo eso, ideas que nunca tendrán una oportunidad de ser beneficiosas para la sociedad.

Del mismo modo, podemos tirar por la borda gran parte del progreso de la última década. La experiencia en innovación que la industria ha acumulado en las últimas décadas y que sustenta la transición a nuestro nuevo futuro, desaparecerá lentamente, retrasando nuestra ambición de convertirnos en el primer continente neutral en clima.

Indudablemente, tenemos una oportunidad, pero el tiempo se está agotando. La industria debe actuar ahora para asegurar la liquidez y facilitar el acceso al capital que garantice la supervivencia a largo plazo de esta parte vital de la industria. Después de todo, la energía es la columna vertebral de la prosperidad económica y qué mejor manera de lidiar con la incertidumbre actual que forjar una hoja de ruta del Acuerdo Verde Europeo (European Green Deal) que, de una vez por todas, haga sostenible la economía de Europa. Debemos tener presente que el impulso para construir un futuro sostenible y más resistente solo ha sido relevante cuando la industria se ha unido para sobrevivir. Es el momento de que los responsables políticos, líderes empresariales, ONGs e inversores de toda Europa apoyen e implementen un modelo de inversión que acelere la transición a una nueva economía energética.

Según nuestro punto de vista, salvaguardar la innovación es garantizar el futuro. Sin duda alguna, en nuestra cartera, y en la de otros inversores de toda Europa, se encuentran las empresas que serán los líderes tecnológicos del mañana. Constituyen una gran parte del futuro de la economía europea y no podemos dejar que mueran. Por ello, en noviembre reuniremos en The Business Booster a 150 de las soluciones de tecnología limpia más prometedoras. Todos estamos comprometidos con la recuperación económica de una forma u otra, pero solo juntos podemos continuar nuestro viaje para ser el primer continente neutral para el clima en 2050.

Y en el mismo sentido, para la industria en su conjunto, queremos destacar que estamos ante el mejor momento para remar juntos. En EIT InnoEnergy llevamos constatando en los últimos diez años que la colaboración de los diferentes actores es imprescindible para acelerar la innovación sistémica y con impacto. Así lo hemos demostrado con el desarrollo de la cadena de suministro sostenible de baterías en Europa (EBA), con el desarrollo de energía descentralizada y ahora ante el reto de la comercialización del hidrógeno verde.

Europa se beneficia de una amplia red de innovadoras empresas, financiadores, educadores e institutos de investigación y, ante la adversidad, debemos seguir forjando juntos un futuro sostenible a largo plazo.

Elena Bou es directora de Innovación de EIT InnoEnergy

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