Sálvese quien pueda en el consejo de Soltec. En medio de dificultades financieras y con su estabilidad en entredicho, el fabricante de seguidores solares, a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha comunicado la renuncia de tres consejeros en menos de una semana y días después de haber celebrado una reunión urgente. Este golpe a la cúpula directiva llega cuando Soltec intenta resistir ante una inminente quiebra, resucitando las sombras de una crisis en las renovables en el mercado bursátil español.
La primera salida, el pasado 27 de octubre, fue la de Fernando Caballero de la Sen, quien argumentó motivos personales ligados a un cambio en su situación profesional, que le impide continuar con su rol de consejero. Al día siguiente, Nuria Aliño Pérez también comunicó su dimisión efectiva, explicando que su reciente nombramiento en otras compañías cotizadas le impide cumplir adecuadamente con sus responsabilidades en Soltec.
Finalmente, el 28 de octubre, María Sicilia Salvadores se apartó del Consejo alegando una pérdida de confianza en su labor por parte del resto de la dirección, factor que consideró insostenible para desempeñar su cargo dentro de la compañía con integridad.
Alternativas
La empresa, cuyas acciones han caído drásticamente, enfrenta una situación económica que ha sido catalogada como una pesadilla para el sector de renovables en la bolsa. Los problemas financieros que aquejan a la empresa han puesto en duda su viabilidad, provocando que Soltec se replantee sus estrategias y busque alternativas para evitar la bancarrota.
Según las declaraciones emitidas, se han iniciado trabajos de reestructuración con el propósito de restaurar la estabilidad de la compañía. La Comisión de Nombramientos y Retribuciones trabaja en la selección de nuevos consejeros que puedan ser presentados en la próxima junta de accionistas, prevista para el primer semestre de 2025.
Predecesores
El caso de Soltec no es un hecho aislado en el sector de las renovables en España. Otras empresas, como Solarprofit y Holaluz, dedicadas al autoconsumo solar, ya han mostrado señales de debilitamiento, lo que hace temer un recrudecimiento de las dificultades en la industria fotovoltaica.
Solarprofit, una compañía de Llinars del Vallès, cotizada en el BME Growth, fue uno de los primeros casos en mostrar signos de crisis. La empresa se vio obligada a implementar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó al 90% de su plantilla. La caída de la demanda de instalaciones solares residenciales y comerciales ha sido la principal causa de esta drástica medida, que ha provocado una reducción significativa en su capacidad operativa.
Por otro lado, Holaluz también ha sido víctima de las dificultades financieras en el sector. El pasado 1 de mayo, el BME Growth suspendió la cotización de la empresa por no haber publicado a tiempo su información financiera auditada. Tras su regreso al mercado, sus acciones cayeron un 20%, dejando a la compañía en una situación crítica. A pesar de recurrir a medidas de emergencia, incluida una operación de 4 millones de euros, la empresa sigue enfrentando problemas que han llevado incluso a presionar a la Generalitat de Cataluña en busca de un rescate.
A estas dos compañías se suma Sunalizer, el marketplace que conectaba a instaladores con viviendas para la instalación de paneles solares. La empresa anunció recientemente el cese de sus operaciones tras seis años en el sector, poniendo de manifiesto que la crisis en el autoconsumo solar está alcanzando a todas las áreas del negocio.
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