Taslink ha revelado planes para construir un cable de alta tensión (HVDC) de aguas profundas de 2 a 3 GW que unirá Australia y Nueva Zelanda. La compañía construirá el primer cable HVDC Trans-Tasmania para facilitar el comercio bidireccional de excedente de electricidad entre Australia y Nueva Zelanda, y ahora está buscando inversores privados que apoyen el proyecto.
Se buscan inversores para un cable submarino de 2-3 GW que unirá Australia y Nueva Zelanda
El proyecto Trans-Tasmania unirá Australia y Nueva Zelanda y acelerará las energías renovables en ambos mercados

El cable será el más profundo del mundo, a poco menos de 5.000 metros, y apoyará la aceleración de la energía renovable en ambos mercados.
Richard Homewood, codirector de Taslink, afirmó: “Taslink ofrece una vía de doble sentido para que ambos mercados maximicen las energías renovables, negociando entre los picos de la mañana y la tarde en ambos mercados y estabilizando los precios máximos de la electricidad. Si miráramos hacia el invierno pasado, por ejemplo, si el cable hubiera estado en funcionamiento el año pasado, Nueva Zelanda habría experimentado un invierno muy diferente”.
“Un análisis independiente indica que, incluso hablando de manera conservadora, Taslink habría reducido 400 millones de dólares en costos de energía para los neozelandeses, o una reducción del 23%, solo en agosto”, añadió.
Homewood es el director de Taslink en Nueva Zelanda, mientras que John Telfer es el director en Australia. Juntos, tienen más de dos décadas de experiencia en energía renovable e infraestructura a gran escala en ambos mercados.
El anuncio señala la invitación oficial del proyecto trans-Tasman a los inversores privados globales para que presenten manifestaciones de interés para la segunda ronda de captación de capital del proyecto. La primera ronda se recaudó de forma privada.
El proyecto no solicita financiación pública de forma proactiva, aunque sigue abierta la opción de que los gobiernos participen en el futuro.
Homewood agregó: “Para proyectos de esta escala –especialmente infraestructura energética crítica con una vida útil de 50 a 80 años– la confianza en la viabilidad comercial no gubernamental es fundamental. Si bien los gobiernos futuros, a lo largo de la vida útil del activo, pueden optar por tener una participación financiera en Taslink (y hay margen para que eso suceda), ese no puede ser el punto de partida”.
El proyecto se estima en 12.000 millones de dólares neozelandeses, y la segunda ronda de captación de capital se destinará a financiar el desarrollo del producto, mientras que la tercera ronda se centrará en los gastos de capital.
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