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Dice el refranero español que lo que mal empieza, mal acaba. Y en este caso, la dimisión de Jordi Sevilla como presidente de Red Eléctrica (REE) se ha convertido en un claro ejemplo que se toma al pie de la letra dicho refrán.

La salida de Sevilla del operador y transportista del sistema tiene una causa, la pésima relación con la actual vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.

Una relación que comenzó con mal pie desde el primer día prácticamente. Y claro, cuando dos trenes de este calibre, ministra y presidente de REE, van en dirección contraria lo normal es que al final suceda lo que ha sucedido. Que uno descarrile (Sevilla) antes de crear algo peor, un accidente que podría traer peores consecuencias.

La llegada de Sevilla a REE fue de la mano del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Se podría decir que ha sido su baluarte durante este año y medio de mandato. Pero claro, todo ha cambiado y mucho en este tiempo. Han sido continuos los encontronazos entre Ribera y Sevilla.

El PNIEC, los recortes, la reorganización de la compañía, la compra de Hispasat, la entrada en nuevos mercados, la repetición electoral, la alianza con Podemos. Unas cosas no gustaban en REE y otras eran mal vistas en el Ministerio. El caso es que la relación ya era insostenible. Algunos medios, como El Independiente, afirman que ya en noviembre Sevilla puso su cargo a disposición a Pedro Sánchez pero consiguió convencerle para que se quedara. Estaban las elecciones de por medio.

Pero ya pasado todo, y con el nuevo Gobierno formado, y encima con más poder para Ribera, Sevilla no ha encontrado apoyo alguno en donde sostenerse para seguir aguantando todo esto y ha decidido tirar por la calle de en medio y dimitir sin más dilación. Cuestión de pocas horas.

Y es que el puesto de presidente de Red Eléctrica no es fácil, y en gran parte de culpa porque se trata de una empresa con mucho acento público a pesar de que un 80% del capital esté en manos privadas. Podría ser esta una buena ocasión para que se trate de despolitizar un poco la compañía, o si no, por el contrario, que busquen qué modelo se quiere realmente de TSO para llevar a cabo la transición energética y apostar por él con las cartas descubiertas, con luz y taquígrafos, nunca mejor dicho.

Ni Red Eléctrica, como modelo de empresa actual, puede ser una marioneta del Gobierno, ni tampoco ir a su bola. Por eso, sería interesante poner sobre la mesa la cuestión de qué modelo se quiere. ¿Se puede separar el operador del transportista en dos empresas distintas? ¿Se debe hacer pública la gestión del operador? ¿Debe abrirse el mercado a otros competidores como transportistas del sistema eléctrico? Son muchas cuestiones que ni se han planteado en España, y podría ser bueno tomar una decisión al respecto.

Una entrada y una salida política

El paso de Sevilla por Red Eléctrica ha tenido un sesgo político importante. Todo el mundo conoce el pasado de Sevilla en el PSOE. Su entrada llegó con Sánchez y su salida es por encontronazo personal con miembros del Gobierno. Y en medio de todo esto, está la empresa.

Lo que es la gestión no se verá afectada. Su CEO, Roberto García Merino sigue al frente de la dirección de la compañía, y se seguirá trabajando prácticamente igual. Siempre que hay salidas o llegadas de presidentes se genera cierta incertidumbre en el seno de la compañía, se quiera o no. Imagínense lo que debía ser hoy el Paseo del Conde de los Gaitanes, un hervidero de rumores y correveidiles de aquí te espero. Algo normal por otra parte. Desayunar con la dimisión de tu presidente no se produce todos los días.

¿Qué pasará ahora? El presidente/a de REE tiene que ser miembro del Consejo de Administración. Si finalmente deciden que sea alguien externo al Consejo, primero tiene que ser propuesto como consejero y ser elegido y luego ser aceptado como nuevo presidente.

Una vez presentada la dimisión, que se hará efectiva este martes durante la celebración del Consejo de Administración, se activa automáticamente el plan de contingencia que tiene la compañía -aprobado en 2017- y que se adecua a las prácticas de buen gobierno corporativo.

Como primer paso de este plan, la consejera independiente coordinadora, Carmen Gómez de Barreda, asume de manera transitoria y hasta que se produzca el nuevo nombramiento, la coordinación de las funciones del Consejo. Es decir, será la nueva presidenta del Consejo hasta que haya un nuevo nombramiento. Así, se garantiza que funcione con absoluta normalidad el mayor órgano de decisión de la compañía.

No existen plazos para nombrar al nuevo presidente, que, por otro lado, será elegido por el Consejo de Administración, pero a petición ya sea de la mismísima Moncloa o por Teresa Ribera. Dependiendo de quien tome la decisión final se verá qué perfil tendrá el nuevo presidente/a, que a buen seguro será cercano a las tesis socialistas.

El caso es que el anuncio de la dimisión por parte de Sevilla ha sentado muy mal en el seno del Gobierno ya que creen que era innecesario salir diciendo que ha sido por culpa de Ribera, o que desde el Ministerio han metido mucho la mano en Red Eléctrica.

Al final, la imagen es penosa, y pone en un brete a quien será el próximo presidente/a ya que tendrá todos los ojos puestos en él desde el primer minuto que se conozca el nombramiento.

De momento, no hay ni nombres sobre la mesa para ver quién sustituirá a Sevilla al frente de REE. La dimisión ha cogido con el pie cambiado a todo el mundo, desde la presidencia del Gobierno hasta la ministra Ribera pasando por todo el Consejo de Administración de la compañía y todos sus empleados.

Ojalá sea un perfil técnico con conocimientos del funcionamiento del sector eléctrico y no alguien procedente de la política. Pero eso ya es otra historia, y sería una especie de milagro. Red Eléctrica siempre ha querido ser controlada por los gobiernos de turno, y eso ha sido una de las peores decisiones que hayan podido hacer. El tiempo da la razón porque colocan a Red Eléctrica en muy mal lugar cuando debería ser un ejemplo.

Un análisis de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía

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9 comentarios

  • Tudesco

    Tudesco

    28/01/2020

    El puesto de Presidente de REE es un cementerio de elefantes. Siempre lo ocupa a dedo alguien que nombra el Gobierno. Aquí lo que no se cuenta es cual es el motivo de la discrepancia y los fundamentos de cada parte, que es lo que importa. Tampoco vendría mal saber si hace falta tener un organismo 20% público que pagan los consumidores. Lo lógico es que sea 100% público y minimizar gastos. No tiene sentido que genere dividendos para el 80% de propiedad privada. Y menos sueldos de 540.000€ para el presidente si el Presidente de Gobierno gana 80.000€.
  • Víctor

    Víctor

    28/01/2020

    No soy especialmente partidario de Sevilla ni lo contrario, pero creo que en este caso era "el menos malo" de la película.

    Mi interpretación es que desde el Gobierno, Presidencia, Transición Ecológica, PSOE y Podemos, se va a usar el tema transición como una bandera política con una gestión y enfoque totalmente fuera de la realidad, y con todos los actores implicados aplaudiendo con las orejas por su propio interés.
    En ese escenario, un tipo más o menos lógico, más o menos pragmático y con los pies más o menos en la tierra recordando lo que se puede y no se puede hacer iba a estorbar. Y mucho.

    Por no hablar de la difícil relación con el marido de Teresa Ribera.

    En fin, un problema menos en el plan.
  • Dabama

    Dabama

    28/01/2020

    "Ojalá sea un perfil técnico con conocimientos del funcionamiento del sector eléctrico y no alguien procedente de la política. Pero eso ya es otra historia, y sería una especie de milagro."

    Que buen momento para que REE dejara de ser un nido de puertas giratorias, donde "enchufar" hasta un auxiliar jardinero (un tanto "Cuco") pasado por director de la Guardia Civil.
  • Miguel

    Miguel

    28/01/2020

    Pues si con un 20% de participación pública es un cementerio de elefantes, imagínate lo que sería siendo 100% pública: una agencia de colocación del partido político de turno. Grandes salarios, dietas, premios y demás prebendas, por doquier, con labores no muy claras que sean productivas o necesitas.
  • Miguel

    Miguel

    28/01/2020

    La mezcla Ribera en el ministerio, su marido en la CNMC y ahora un cargo puesto por Ribera en red eléctrica es un escenario poco adecuado.
    Demasiado poder concentrado en la misma persona.
  • JELorenzo

    JELorenzo

    30/01/2020

    Alguien sabe cuales son las desavenencias entre RIbera y Sevilla ? Yo puedo ver una y gorda, que es la integración en la red de las decenas de GW de renovables que Ribera quiere en tan poco espacio de tiempo. SAludos
  • Miguel

    Miguel

    30/01/2020

    Ya se sabe que Ribera llevaba tiempo intentando poner a su amiga Natalia Fabra como Presidenta de REE. Era la que faltaba por colocar en un buen puesto, y la que faltaba para rizar el rizo, que es controlar el ministerio (ella), la CNMC con su marido y REE con una amiga.

    Le estaba haciendo la cama a Sevilla para que se fuera.
  • Miguel

    Miguel

    31/01/2020

    Dudo que sean esas. Eso a red eléctrica le beneficia. A más redes, más cobra. Otra cosa es que algunas redes no estén justificadas, pero de eso no se ha oído nada.
    La mayoría de las instalaciones renovables se van a hacer cerca de las redes actuales para no tener que invertir en redes.
    Por lo visto, Ribera lleva tiempo intentando poner a su amiga Natalia Fabra al frente. Por ahí pueden venir las injerencias como intentar cambiar puntos en un consejo y el resto de los problemas.
    Otra desavenencia es que Ribera no quería que REE pleitease por los recortes a la retribución, en los que su marido en la CNMC está involucrado, y al que quiere como presidente.
  • JELorenzo

    JELorenzo

    04/02/2020

    - Aun suponiendo que un aumento del 50% de CO2 en la atmósfera desde la época pre-industrial sea relevante a la hora de aumentar la temperatura del planeta,
    - aun suponiendo que haya cambio climático debido a este CO2,
    - aun suponiendo que la tempestad Gloria sea debida exclusivamente a este cambio climático,
    tres suposiciones muy discutibles, la contribución española a las emisiones mundiales de CO2 no deja de ser un nimio 0.7%.

    - Aun cuando hubiéramos empezado a descarbonizar España hace 10, 20, 30 años, pongan ustedes la cifra que quieran, este plan de Transición Energética no hubiera contribuido prácticamente nada en la bajada de las emisiones mundiales de CO2.

    Por lo tanto decir sobre la tempestad Gloria que " lo cierto es que seguramente sí que se podrían haber minimizado los daños si la Ley del Cambio Climático y Transición Energética... se hubiese impulsado años atrás y ya se estuviese aplicando." no deja de ser un comentario absurdo y un atentado a la inteligencia de los lectores.

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