Ha desaparecido. SolarReserve, el que fue uno de los grandes desarrolladores de energía termosolar de Estados Unidos, ha cesado sus operaciones unos meses después de presentar su bancarrota. La compañía brilló en 2016 cuando conectó su planta termosolar de Crescent Dunes, de 110 MW en el estado de Nevada, pero le duró poco. A finales del mismo año ya anunciaba fallos que obligaban a cerrar la planta puntualmente y que no han sabido solucionar.
Esos problemas y una gestión poco acertada derivaron en una falta de liquidez de la compañía que le obligó a vender su único activo estadounidense (y el único que le generaba ingresos) así como sus proyectos termosolares en extranjero, Aurora en Australia y Likana en Chile el año pasado. Pero aún así, no ha podido hacer frente a sus deudas.
Incluso su carismático CEO, Kevin Smith, abandonó el barco hace ya algún tiempo. En su LinkedIn aparece como CEO para las Américas en Lightsource BP desde hace un año.
"Esta empresa solo tenía en funcionamiento la planta de Crescent Dunes pero había dado muchos problemas en los últimos años", ha señalado a este diario Luis Crespo, presidente de Protermosolar, "esos problemas eran de dos tipos, de diseño y de operación, las fugas en uno de los tanques llenos de sal fundida provocaron el cierre de esta central de más 1.000 millones de euros y tuvo que ser desconectada en varias ocasiones".
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"Además, Kevin Smith se arriesgó mucho en los mercados internacionales y no gestionó bien su capacidad económica, endeudándose cada vez más", continúa Crespo, "así que, después de un año en concurso de acreedores, ha tenido que cerrar".
Crescent Dunes, con tecnología de almacenamiento de energía mediante sal fundida desarrollada en Estados Unidos, es una de las pocas del mundo que utiliza un sistema de torre central o central de heliostatos con seguimiento. Es una extensión de 1,2 millones de metros cuadrados de vidrio, más de 10.000 espejos rastreadores (heliostatos), que miran y lanzan la energía del sol hacia su receptor, una torre de 200 metros de altura, y que costó alrededor de un millón de euros en garantías de préstamos del Departamento de Energía de EEUU.
Desde octubre pasado la administración pública había tomado el control de la Junta de la entidad vinculada a SolarReserve, Tonopah Solar Energy, en un intento por cerrar Crescent Dunes después de conocer que NV Energy, la mayor comercializadora de electricidad de Nevada que compró el 100% de su electricidad tras firmar un PPA por 25 años, rompiera el acuerdo por la falta de rendimiento de la planta, cuyas fugas de los tanques de sal llegaron a tenerla cerrada en alguna ocasión durante ocho meses.
"Es cierto que noticias como ésta podrían hacer daño a esta tecnología pero lo que le ha ocurrido a Crescent Dunes es un caso único", continúa Crespo, "en España tenemos ejemplos de éxito ya por una década de modelos similares, como es el caso de Gemasolar, de la española SENER, la primera planta termosolar del mundo en operación comercial en utilizar la tecnología de torre y sistemas de almacenamiento en sales fundidas promovida por la empresa Torresol Energy. Ha llegado a enlazar hasta 36 días continuados de generación de energía gracias a su sistema de almacenamiento, lo que le permite producir electricidad sin necesidad de interrumpirla por la noche y que se convierte en el 'factor diferencial' de esta central".
Los fallos de Crescent Dunes fueron constantes en sus poco más de tres años de funcionamiento, pero es que además la planta nunca logró alcanzar la producción mensual esperada, según un informe de 2019 de BNEF. Y en agosto pasado, S&P Global Platts dijo que la planta solo había logrado un factor de capacidad del 0,3% en el segundo trimestre de 2019, entregando 765 MWh a la red, muy por debajo de lo prometido.
"Pese a Crescent Dunes, la tecnología de torre central o de heliostatos es perfecta en latitudes de EEUU, norte de México, sur de España, norte de África y China, mientras que la tecnología de canales cilindroparabólicos, la más extendida encaja más en zonas con más radiación, como Dubai, India o Sudáfrica", concluye el responsable de Protermosolar.
Mientras que la tecnología española se revaloriza en todo el mundo, en EEUU, la desaparición de SolarReserve significa que BrightSource es ahora el único desarrollador de plantas con experiencia en el país, después de que eSolar, con sede en Burbank, desapareció en algún momento de 2017 (otra empresa estadounidense, GlassPoint, que se dedicó en su momento a termosolar ahora solo construye centrales de calor).
Incluso BrightSource, que desarrolló el complejo del sistema de generación eléctrica solar Ivanpah de 377 MW en el desierto de Mojave, mantiene un perfil bajo en los Estados Unidos en estos días. En su teléfono de la sede de la compañía, en Oakland, salta el buzón de voz, y el último anuncio en su sitio web data de 2017, según publica Greentechmedia.com.
Por lo visto, BrightSource ha reenfocado sus esfuerzos en los mercados extranjeros, y particularmente el desarrollo de un proyecto de 121 MW llamado Ashalim en el desierto de Negev de Israel, pero lo cierto es que mientras las empresas termosolares estadounidenses se apagan, las españolas mantienen el bastón de mando, y más aún cuando en el PNIEC se espera que aumenten hasta 5 GW más su presencia en el mix.
Miguel
30/01/2020