Según un análisis de Rystad Energy, las energías renovables sólo representarán el 20% de la producción eléctrica sudafricana a finales de esta década, lo que pone de manifiesto la ardua batalla que afronta el país en su proceso de descarbonización.
Sudáfrica se había propuesto elevar el porcentaje de energías renovables en su mix energético del 11% actual al 41% en 2030 mediante el aumento de la capacidad eólica y solar terrestre, que han registrado un crecimiento significativo en los últimos años. Sin embargo, el aumento de la demanda y las nuevas incorporaciones a su anticuada infraestructura eléctrica de carbón hacen que alcanzar el objetivo de las renovables parezca cada vez más improbable.
Para 2030, se espera que la generación de electricidad en Sudáfrica aumente más de un 40%, pasando de los 210 teravatios-hora (TWh) actuales a 300 TWh al final de la década. Aunque se han realizado importantes inversiones para aumentar la capacidad de las energías renovables y allanar el camino hacia un mix energético más limpio, es improbable que la actual cartera de proyectos eólicos terrestres pueda cumplir sus ambiciosos objetivos.
En la actualidad, el carbón domina el mix energético sudafricano, con más del 80% de la generación de electricidad. Además de ser contaminante, la dependencia sudafricana de las viejas centrales de carbón ha provocado frecuentes averías y problemas de mantenimiento, desencadenando apagones generalizados en todo el país.
Ciclos y baterías
El gas natural y el almacenamiento en baterías son opciones obvias, pero plantean sus propios retos. Las turbinas de gas, con sus rápidas tasas de arranque y costes relativamente bajos, ofrecen flexibilidad para suministrar energía cuando las fuentes renovables no están disponibles.
El almacenamiento en baterías a gran escala también puede desempeñar un papel fundamental a la hora de almacenar el exceso de energía para utilizarla cuando se produzcan picos de demanda. Estas tecnologías serán esenciales para garantizar un suministro eléctrico fiable y estable a medida que Sudáfrica intente aumentar la cuota de renovables en su mix de generación.
“Las energías renovables y las tecnologías limpias tienen el potencial de remodelar el panorama energético sudafricano, contribuyendo a un futuro más sostenible. Diversificando la generación de energía y afrontando los retos inmediatos, el país puede allanar el camino hacia un sector energético resistente que se ajuste a sus objetivos medioambientales y garantice un futuro más brillante. Pero Sudáfrica se enfrenta a una ardua batalla y a importantes obstáculos para alcanzar su objetivo”, dijo Nivedh Das Thaikoottathil, analista de energías renovables y energía de Rystad Energy
El carbón seguirá desempeñando un papel crucial
La fuerte dependencia sudafricana del carbón se ve agravada por el hecho de que las centrales de carbón de la empresa estatal Eskom han superado su vida útil prevista de 40 años. Esto plantea un problema importante tanto en términos de seguridad energética como de descarbonización.
Como se indica en su actual Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) quinquenal en el marco del Acuerdo de París, Sudáfrica tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a entre 350 y 420 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (Mt CO2e) para 2030, una reducción del 10-25% respecto a los niveles actuales. Continuar con su envejecida flota de carbón impediría avanzar hacia estos objetivos y el compromiso de Sudáfrica con la descarbonización.
Aunque su Programa de Productores Independientes de Energías Renovables (REIPPP) ha sido decisivo para impulsar el desarrollo de las energías renovables, Sudáfrica está examinando actualmente solicitudes para una capacidad sustancial de proyectos de energía solar fotovoltaica y eólica terrestre, muchos de los cuales incluyen almacenamiento en baterías.
A pesar de esta mayor atención, se prevé que en 2030 Sudáfrica sólo genere en torno al 20% de su energía a partir de energías renovables, por lo que no alcanzará su objetivo. Por el contrario, se espera que el parque de carbón sudafricano se amplíe con la aparición de nuevas unidades en Kusile.
Mejoras necesarias en la transmisión
Para facilitar el despliegue de las energías renovables, Sudáfrica está trabajando en la mejora de su infraestructura de transmisión. La inadecuada capacidad de transmisión ha sido un gran obstáculo para integrar eficazmente las tecnologías renovables en la red. El Gobierno ha aprobado un proyecto de ley que fomenta los proyectos de generación privada y el comercio de energía, con el objetivo de reducir la dependencia de Eskom y fomentar la participación del sector privado. Este planteamiento aumentará la competencia y se espera que con el tiempo baje el precio de la electricidad para los usuarios finales.
A la hora de abordar la crisis energética, Sudáfrica ha tomado varias medidas para agilizar la autorización y conexión de proyectos de energía. Los plazos de autorización ambiental se han reducido a la mitad, y las autorizaciones de conexión a la red se conceden ahora en seis meses. Además, Eskom tiene previsto construir centrales solares y de almacenamiento en baterías en varios lugares, como Komati, Lethabo, Majuba y Sere.
Aunque las energías renovables son prometedoras, Sudáfrica debe considerar el papel del gas en su combinación energética. El Departamento Nacional de Transporte ha concedido acceso a buques de gas como suministro de emergencia, y hay planes para desarrollar y utilizar centrales de conversión de gas en electricidad. El desarrollo de recursos de gas, como los yacimientos de Luiperd y Brulpadda, podría contribuir significativamente a satisfacer la demanda de energía del país.
La oportunidad de las baterías
El almacenamiento en baterías también es crucial para que Sudáfrica satisfaga su demanda energética y sus objetivos de descarbonización. Si no se opta por la conversión de la electricidad en gas, la capacidad actual basada en el carbón, incluidas las nuevas unidades de Kusile, tendría que permanecer en línea constantemente, poniendo a prueba el sistema eléctrico.
En este caso, el almacenamiento en baterías sería una alternativa viable, pero también requeriría más capacidad total en comparación con la conversión de gas en electricidad y unos costes potencialmente más elevados. No obstante, la integración de más capacidad intermitente, ya sea a través de baterías o de soluciones de gas, ayudaría a reducir la dependencia de la energía basada en el carbón, especialmente durante los periodos de disponibilidad limitada de energía solar y eólica.
Las limitaciones de la energía de carbón son cada vez más evidentes, por lo que la integración de fuentes de energía renovables, complementada con energía flexible de gas y almacenamiento en baterías, se perfila como una vía viable. Como Sudáfrica pretende diversificar su combinación de generación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, será esencial adoptar medidas proactivas para mejorar la infraestructura de transmisión y facilitar la autorización de proyecto.
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