Después de 14 años de trabajo e intensas fases de prueba**, la central de bombeo de Nant de Drance, en Valais, ha entrado en servicio el 1 de julio de 2022**. Gracias a sus seis máquinas extremadamente flexibles y con su potencia de 900 MW, Nant de Drance juega un papel esencial para estabilizar la red eléctrica suiza y europea.
Situada a 600 metros bajo tierra, en una cueva, entre los embalses de Emosson y Vieux Emosson en el municipio de Finhaut en Valais, la central Nant de Drance tiene seis bombas-turbinas con una potencia de 150 MW cada una. Muy flexible, las máquinas permiten cambiar en menos de cinco minutos de bombeo a plena potencia a turbina de máxima potencia, es decir, de -900 MW a +900 MW.
La cantidad de agua turbinada por Nant de Drance, 360 m3 por segundo, corresponde al caudal del Ródano en Ginebra en verano. El lago superior de Vieux Emosson retiene 25 millones de m3 de agua, lo que representa una capacidad de almacenamiento de 20 millones de kWh. Estas características permiten que Nant de Drance juegue un papel fundamental para estabilizar la red eléctrica.
Ante el auge de las nuevas energías renovables, como la eólica y la fotovoltaica, cuya producción es intermitente, tal flexibilidad es necesaria para compensar las variaciones en la red eléctrica y mantener permanentemente el equilibrio entre producción y consumo de electricidad. Nant de Drance funciona como una gigantesca batería que, a corto plazo, le permite almacenar rápidamente el exceso de electricidad en la red, o producir la energía necesaria cuando la demanda supera la producción.
Una obra costosa
La construcción de la central de bombeo de Nant de Drance implicó trabajos en el exterior fuera de lo común. Como la gran epopeya de las represas a mediados del siglo pasado, el sitio ha requerido la movilización controlada de recursos extraordinarios, tanto desde el punto de vista humano como financiero o tecnológico. Hasta 650 trabajadores a la altura de la obra y unas 60 empresas han trabajado en la realización de esta estructura alpina, cuyo costo es de alrededor de 2.000 millones de euros.
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