Petróleo & Gas

¿Teme el sector petrolero una posible revolución del vehículo eléctrico?

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En 2015 y lo que llevamos de 2016 han aumentado las salidas de productos petrolíferos de las instalaciones del Grupo CLH, su actividad principal, debido a la buena marcha de la economía española, que en 2015 creció un 3,2%, y a la caída de los precios del crudo, que desde junio de 2014 se han ido desplomando hasta un 60%, "un contexto que nos beneficia como compañía", según explicó el presidente del Grupo, José Luis López de Silanes, en la presentación de los resultados de 2015.

Por otro lado, también ha mejorado gracias a que la balanza comercial española se ha convertido **en exportadora neta de productos de refino (gasolinas sobre todo) desde 2012,**y a sus negocios aeroportuarios, como el reciente contrato adquirido con el aeropuerto de Dublín (Irlanda), donde el Grupo CLH llevará a cabo la construcción y operación de la instalación de almacenamiento.

Y es que López de Silanes considera que todavía hay mucho futuro para su negocio principal, la distribución de las gasolinas y gasóleos, especialmente en el transporte por carretera, "sin perder de vista al queroseno, cuyas salidas han sido las que más han aumentado el año pasado, un 7%, o un 9,6% si nos fijamos en el primer trimestre de 2016".

Pero, ¿y la tan cacareada revolución del vehículo eléctrico? Hace unos meses, Bloomberg New Energy Finance anunciaba en un estudio que habrá fuertes reducciones en los precios de las baterías, y que durante la década de 2020 los vehículos eléctricos se convertirán en una opción más económica contra los automóviles de gasolina o diesel en la mayoría de los países. De hecho, preveía que las ventas de vehículos eléctricos alcanzarán los 41 millones de unidades para 2040, equivalente a un 35% de las ventas de vehículos ligeros.

Según la investigación, se estima que el crecimiento de vehículos eléctricos representará una cuarta parte de los automóviles en circulación para esa fecha, remplazando el uso diario de 13 millones de barriles de petróleo por 1,900TWh de electricidad.

En la misma línea, hace un año, Goldman Sachs predijo que los coches eléctricos supondrán el 25% de las ventas globales de coches en 2025. La tendencia que marca el banco de inversión estadounidense para el futuro del coche eléctrico se alinea con las estimaciones la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que prevén que en 2020 haya 20 millones de vehículos eléctricos (VE) rodando por las carreteras del mundo, según su Global EV Outlook 2015.

Y en España, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles Turismos y Camiones (Anfac) acaba de hacer público que las matriculaciones de vehículos híbridos aumentaron un 59,6% (8.467 unidades) en los cuatro primeros meses del año respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, mientras que en los eléctricos fue del 187% (1.534 unidades). Sin embargo, pese a ser un buen dato, a día de hoy representan tan solo el 2,2% del mercado.

La irrupción del vehículo eléctrico en el mercado es una amenaza al negocio del petróleo que a López de Silanes no le preocupa. "Aún le quedan muchos años para que sea una competencia al vehículo de combustión líquida", ha dicho, "el porcentaje de los eléctricos seguirá siendo muy pequeño en 2040, y como mucho, el futuro estará en hacer coches más eficientes, de menor consumo, y en los híbridos".

Cierto es que mientras las grandes consultoras internacionales hacen sus predicciones sobre la revolución del vehículo eléctrico, a día de hoy, al menos en España, el mercado no termina de arrancar. Si nos paramos a pensar, en 2009, Miguel Sebastián, ex ministro de Industria, vaticinó que en 2014 circularían un millón de coches eléctricos en España, pero no acertó ni de lejos.

Será el tiempo quién dé la razón a los analistas o al sector petrolero, aunque por el momento, en nuestro país está claro quién la tiene.

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