TEPCO, la operadora de la central nuclear de Fukushima Daiichi, afirmó este viernes que el vertido del agua tratada de la planta se llevará a cabo bajo los estándares de seguridad internacionales e insistió en que el impacto será mínimo.
La compañía eléctrica presentó los resultados de una evaluación donde se estima el impacto en humanos, en animales y plantas, junto a diversas simulaciones de la dispersión del vertido en las aguas marinas alrededor de la central, donde se llevará a cabo el vertido en 2023.
"De acuerdo a los resultados de la evaluación, creemos que el impacto en los humanos y en el medio ambiente es mínimo", afirmó hoy un representante de TEPCO a los medios.
El Ejecutivo nipón aprobó el pasado mes de abril el vertido del agua contaminada de la accidentada central nuclear de Fukushima, tratada a través del sistema avanzado de procesamiento de líquidos (ALPS).
TEPCO explicó hoy que una vez tratada el agua a través del sistema ALPS, el vertido se llevará a cabo con las concentraciones de sustancias radiactivas permitidas, de acuerdo a los estándares de seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) y la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP).
Según la compañía, los efectos del vertido del agua tratada al mar en los seres humanos y en el medio ambiente son mínimos debido a que las dosis calculadas de tritio están por debajo de los niveles permitidos internacionalmente.
"La cantidad de tritio vertido al mar estará por debajo de los niveles objetivo de la central de Fukushima Daiichi de antes del accidente", ejemplificó el portavoz de TEPCO.
De acuerdo a los estudios de TEPCO, el agua diluida a través del sistema ALPS será vertida en el fondo del mar a aproximadamente 1 km de la costa donde está ubicada la central de Fukushima y las mayores concentraciones de tritio "estarán limitadas a un área de 2 a 3 km".
Las mayores concentraciones de tritio se darán, de acuerdo a esta simulación de la dispersión en el mar, directamente a la salida del túnel del vertido, "aunque los niveles de concentración están por debajo de los estándares nacionales y de la Guía para la calidad del agua de consumo humano de la Organización Mundial de la Salud", según TEPCO.
Actualmente el agua contaminada se encuentra almacenada en más de 1.000 tanques en las inmediaciones de la central, procedente del enfriamiento de los núcleos de los reactores dañados.
El agua es tratada con un sistema de procesamiento que elimina la mayoría de los materiales radiactivos considerados peligrosos, a excepción del tritio, un isótopo dañino en altas concentraciones.
Las autoridades japonesas mantienen que el vertido no generará ningún riesgo y defienden que ésta es una práctica habitual en la industria nuclear de otros países.
"Esta política es el resultado de seis años de trabajo junto a expertos en los que se barajaron diversas opciones. Continuar almacenando los tanques de agua es un riego", afirmó una fuente oficial gubernamental preguntada por EFE sobre por qué se desestima continuar almacenándola.
De acuerdo a expertos y medios del país, un 70 % de las comunidades de la prefectura de Fukushima han expresado su oposición al vertido, al igual que compañías pesqueras y asociaciones de pescadores en el área y de otras prefecturas.
Por su parte, expertos japoneses del CNIC (Centro para la Información Nuclear de la Ciudadanía) se muestran contrarios al vertido y afirman que se han hecho propuestas para continuar almacenando el agua y evitar el vertido.
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