Política energética

Teresa Ribera recuerda al sector financiero que la inversión social responsable "asegura su viabilidad"

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La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, ha afirmado que 2019 "es el año de elevar la ambición" en materia climática porque los objetivos aprobados de cara a 2030 "se han quedado desfasados" y ha recordado al sector financiero que las inversiones socialmente responsables (ESG) "ofrecen una oportunidad para reconectar su actividad con las necesidades de la economía real, a la vez que aseguran su viabilidad a medio y largo plazo".

Durante su ponencia inaugural en la apertura de la tercera edición del ESG Biscay Summit en Bilbao, Ribera ha destacado que los próximos quince años van a suponer "un momento clave" en la historia económica, ya que se esperan fuertes inversiones de aquí a 2030 en infraestructuras a nivel global y la clave es cómo aumentar las inversiones en productos 'verdes' y gestionar "correctamente los factores medioambientales y sumar los criterios sostenibles".

Asimismo, ha indicado que el Gobierno español ha convertido la transición ecológica en "política de Estado" y ha recordado, como ya anunció, que va a movilizar 236.000 millones de inversión pública en colaboración con el sector privado que generarán entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos entre 2021 y 2030.

En España, según ha explicado, y como ya anunció el Gobierno español a principios de año, el Marco Estratégico de Energía y Clima movilizará 236.000 millones de inversión pública en diez años, un impulso hacia la descarbonización de la economía española que aumentará entre 19.300 y 25.100 millones entre 2021 y 2030 el PIB estatal y generará entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos entre 2021 y 2030.

La ministra ha señalado que una de las medidas que el Gobierno de Pedro Sánchez contempla para financiar parte de la inversión pública comprometida es la emisión por parte del Tesoro de bonos verdes, lo que, desde su punto de vista, supondrá "un impulso para que el sector privado apueste por este instrumento, fundamental para financiar la transición ecológica".

En este punto, ha destacado que la transición hacia un futuro sostenible, consistente en cero emisiones netas, "ofrece una oportunidad al sector financiero para reconectar su actividad con las necesidades de la economía real, a la vez que se asegura su viabilidad en el medio y el largo plazo".

Asimismo ha manifestado que ese proceso requiere también de "impulso político", que debe venir de la mano de un aumento de escala en la financiación sostenible porque, en su opinión, en un contexto en el que "todavía se está lejos de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, la Unión Europea puede jugar un papel clave y aspirar a lograr la neutralidad climática en 2050 porque los objetivos a 2030 se han quedado desfasados".

Ribera ha recordado, de cara al papel del sector empresarial, que "los estudios muestran cómo las empresas que incorporan en su organización criterios ambientales, sociales y de buen gobierno suelen realizar una mejor gestión de sus riesgos y registran beneficios mayores que sus competidoras, con efectos favorables sobre el precio de la acción".

Criterios mínimos

Por ese motivo, ha considerado "necesario" establecer unos "criterios mínimos sobre la integración de esos factores porque los pasos que se den ahora serán determinantes para anclar este proceso de cambio de manera ordenada y asegurar que en un futuro no se den pasos atrás", ha añadido.

Para Ribera, "el sector financiero ha entendido el reto que supone el cambio climático", que pone en riesgo "la estabilidad de la economía global" y no se puede "mirar para otro lado". Como medidas a adoptar, ha destacado la necesidad de "activar el mercado y desincentivar los activos intensivos en carbono porque es preciso avanzar hacia un modelo de desarrollo neutro climáticamente pero también socialmente beneficioso e inclusivo si queremos que este proceso de cambio prospere".

Para lograrlo, debe diseñarse de forma que se maximicen las oportunidades para todos, sin dejar a nadie atrás" y partiendo de la "voluntad clara expresada por parte de grandes inversores y de los grandes fondos, a medio y largo plazo, de cambiar e integrar el riesgo climático en sus decisiones".

En ese sentido, ha citado ejemplos recientes, como la posición expresada por el Banco de Inglaterra, que ha anunciado la incorporación del riesgo climático en las pruebas de estrés del sector de los seguros; o la decisión del Fondo Soberano de Noruega, que supone "una significativa desinversión en combustibles fósiles y la mayor apuesta de inversión en energías renovables realizada hasta la fecha".

En este punto ha confiado en que "nuestro país tenga capacidad para resultar atractivo y dar confianza suficiente como para que parte de esa reinversión venga a nuestro territorio".

España

En su intervención durante la jornada, que ha tenido lugar en el palacio Euskalduna, Ribera ha reiterado el "creciente interés en las finanzas sostenibles en España", donde solo un 17% de las entidades no tienen ninguna inversión sostenible en sus carteras y un 54% dedica entre un 1% y un 20% a este tipo de operaciones. Entre los inversores institucionales, en un 25% de ellos la presencia de inversiones sostenibles "es mayoritaria".

Por ese motivo, para la ministra, "se está aceptando cada vez más que la rentabilidad de los productos sostenibles es similar a la del resto de inversiones o incluso mayor", ha afirmado, quien ha confiado en que el sector financiero español "integre la gestión de los riesgos climáticos como un riesgo financiero más en sus estrategias de negocio".

En este punto ha recordado que ya se están activando algunas palancas para incentivarlo, como la primera emisión de bonos verdes por parte del Instituto de Crédito Oficial por importe de 500 millones de euros, realizada en abril y donde la demanda "superó los 3.400 millones de euros, seis veces el importe de la emisión, lo que puso de manifiesto el interés de los inversores".

Finalmente, Ribera ha insistido en que "la agenda de la sostenibilidad no es una cuestión estética sino que debe ser integrada de manera estructural en las políticas si se quieren maximizar sus beneficios en el medio y largo plazo".

País Vasco

La III edición del Biscay ESG Global Summit reunirá a lo largo de toda la jornada a más de 300 personas para analizar las claves y el futuro de la inversión financiera realizada con criterios medioambientales, sociales y buen gobierno.

Organizada por la Diputación Foral de Vizcaya en colaboración con Deusto Business School y Fineco-Banca Privada Kutxabank, la cita ha sido inaugurada por el Diputado General de Bizkaia, Unai Rementeria, y la clausura a partir de las 18:00 horas correrá a cargo del Consejero de Hacienda y Economía del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu.

En su intervención, Rementeria ha recordado que Bizkaia apostó "hace tres años por este camino cuando muy pocos transitaban por aquella senda y había más dudas que certezas".

En ese sentido, ha remarcado que tres años después, "en Bizkaia seguimos en el camino, convencidos de que es el camino, y que esto de las finanzas sostenibles no es una moda, sino una realidad y que este viaje nos hace mejores y suma porque la palabra futuro, se pronuncia igual pero se escribe ya con letras diferentes: las siglas ESG".

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