Tesla vive una jornada de euforia en Bolsa con ganancias de más del 13% y máximos intradía que no se veían en el Nasdaq estadounidense desde julio de 2023, al cotizar sobre los 289,2 dólares (269,52 euros por título) tras la victoria de Donald Trump, frente a las caídas de hasta más del 6% para los fabricantes alemanes.
Con los inversores posicionados a favor del republicano, el mercado confía en la influencia que pueda ganar el fundador de la automovilística, Elon Musk, en la próxima administración norteamericana ya que se especula con que su papel sea importante en un nuevo Gobierno de Trump.
De hecho, el magnate ha prometido al empresario de origen sudafricano durante la campaña electoral ser el nuevo "secretario de reducción de costes", lo que le daría competencias para reducir el peso de los funcionarios en la administración pública del país.
En apenas dos horas de negociación en Wall Street, Tesla ha conseguido alcanzar un volumen de negociación superior a los 97,7 millones de acciones lo que le vale, en estos momentos, una capitalización de mercado de más de 27,71 billones de dólares, según los datos consultados por Europa Press.
El dueño de Tesla
Durante los últimos meses de campaña electoral, acorde a los registros del Partido Republicano, el empresario de los automóviles eléctricos ha llegado a inyectar 130 millones de dólares (121,15 millones de euros) en los mítines, publicidad y discursos de Donald Trump y de su candidato a vicepresidente J.D. Vance. También ha puesto en marcha todos los engranajes de la red social de su dominio, X, con un sinfín de mensajes de apoyo al magnate neoyorquino.
A modo de respuesta, Trump ha propuesto durante la campaña electoral aranceles del 10% a la importación sobre todos los productos fabricados en el extranjero y de hasta el 100% sobre todos los vehículos importados. Una posible decisión en firme que beneficiaría, en un principio, a fabricantes estadounidenses como Tesla, pero también otros ligados a la combustión como Ford o General Motors.
Y es que los inversores confían en que el futuro de Musk --y sus empresas-- sea dorado durante la próxima legislatura. En su discurso de victoria, el republicano ha dejado clara su visión sobre el empresario de origen sudafricano. "Tenemos una nueva estrella, ha nacido una estrella, Elon (...) es un tipo increíble", ha dicho.
Sin embargo, si bien Tesla tiene una escalada en la industria de los vehículos eléctricos, lo que podría ofrecer una clara ventaja competitiva a la compañía en un futuro sin subsidios a los coches de batería, el resto de fabricantes esperan ahora una oleada en su contra desde que el 20 de enero de 2025 Trump vuelva a ser investido en las escalinatas del Capitolio en Washington.
Y este aspecto se ha dejado notar en el comportamiento en Bolsa del resto de fabricantes de coches eléctricos en Estados Unidos. Rivian Automotive se deja más de un 9% de capitalización y Lucid Group --controlada por el Fondo Soberano de Arabia Saudí-- un 4,4%.
Varias casas de análisis consultadas por Europa Press creen que la victoria de Trump será un elixir para Tesla. Wedbush calcula que los títulos podrían sumar hasta 50 dólares al precio por acción si, además, se consigue implementar de una manera eficaz el sistema de conducción autónoma 'Full Self Driving' a partir de 2025.
Sin embargo, para Tesla, a pesar de ser positiva 'a priori' la llegada del Trump al Despacho Oval no lo es tanto el hecho de que los republicanos hayan conseguido tomar el control del Senado de Estados Unidos, hasta ahora en manos de los demócratas, tras conseguir una mayoría de 51 escaños sobre 100. En la Cámara de Representantes, el recuento también ofrece una victoria clara para los republicanos a la espera de la proclamación del resultado final.
Y es que Musk se enfrenta a que, con la dirección de la derecha en el Congreso del país, se deroguen múltiples disposiciones relacionadas con el vehículo eléctrico y a la supresión de los requisitos de emisiones contaminantes y de consumo de combustible, lo que podría limitar los ingresos de Tesla generados por la venta de créditos ambientales a los fabricantes que luchan por cumplir con la normativa de la administración demócrata.
No obstante, Musk ha restado importancia a la amenaza de cualquier retroceso en los incentivos gubernamentales para los vehículos eléctricos, al tiempo que ha hecho hincapié en el potencial de las empresas para beneficiarse de la desregulación.
Durante la presentación de los resultados trimestrales de Tesla hace unas semanas, Musk llegó a pedir una aprobación acelerada de la tecnología de los vehículos autónomos y a admitir que "trataría de conseguirlo" si, finalmente, Trump lo escoge para desempeñar un trabajo en la nueva administración.
Alemania
"Quiero que las compañías automotrices alemanas se conviertan en compañías automotrices estadounidenses", dijo Trump durante un mitin en Georgia hace algo menos de un mes. Una declaración de intenciones que ha provocado inquietud en cómo afectará su vuelta a BMW, Audi, Volkswagen y Mercedes-Benz.
De momento, las acciones del grupo Volkswagen se han desplomado este miércoles más de un 4,2% en Frankfurt, donde BMW se ha dejado más de un 6,5% de valor --aunque, en este caso, afectada por una caída del beneficio trimestral del 83,75%--; al tiempo, ni Mercedes-Benz (-6,44%) ni Porsche (-4,93%) se han escapado de las pérdidas.
En 2016 todas estas compañías se zafaron de un arancel del 35% porque negociaron con la Casa Blanca nuevas inversiones para aumentar su producción estadounidense mediante la expansión de la fabricación de vehículos eléctricos de Volkswagen en Tennessee, 930 millones de euros comprometidos por Mercedes-Benz en Alabama, y un aumento de la fabricación de BMW en Carolina del Sur.
Sin embargo, ocho años después los subsidios al coche eléctrico parece que llegarán a su fin y las germanas también se podrían ver afectadas por el ultimátum de Estados Unidos a los fabricantes en México, un importante centro de producción --176.000 unidades en el último año-- para Volkswagen, Audi y BMW. A todos estos, Trump ha amenazado con un arancel del 200% por la deslocalización de la fabricación.
A cierre del año pasado, la industria automovilística alemana empleaba a unas 138.000 personas en Estados Unidos, de las cuales 48.000 trabajan para los fabricantes y 90.000 para sus proveedores.
En 2023 se exportaron alrededor de 400.000 automóviles de Alemania a Estados Unidos y en el primer semestre de 2024 Washington fue el principal comprador de las exportaciones de automóviles germanos.
Finalmente y aunque se han mantenido durante la mayor parte de la jornada en positivo, Renault y Stellantis también se han sumado al desánimo inversor en el sector con caídas del 0,4% en París y una tímida subida para la de Carlos Tavares del 1,75% en Milán, respectivamente.
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