Elon Musk, fundador de Tesla o SolarCity, entre otras compañías, siempre ha tenido un enorme interés por solucionar los problemas actuales de transporte y sentar las bases del futuro del sector. Para comprobarlo, no hay más que echar un vistazo a sus coches eléctricos, los superchargers, los coches autónomos, el original proyecto Hyperloopo las incursiones espaciales de SpaceX.
Hace unos meses, se propuso un nuevo objetivo: solventar los problemas de tráfico de Los Ángeles y otras grandes ciudades. El ejecutivo dejó caer que, quizás, la manera más adecuada para gestionar la titánica cantidad de vehículos que cada día congestionan las ciudades podría ser la creación de una enorme red de túneles que las recorrieran de punta a punta, pero no especificó si tenía intención de participar o no en su hipotética construcción.
Aunque la idea parecía haber caído en el olvido, enterrada entre nuevos y apasionantes proyectos, esta semana Musk ha anunciado en la conferencia internacional anual TED2017, en Vancouver, que se ha puesto manos a la obra y que hará realidad estas estructuras subterráneas gracias a su nueva firma The Boring Company, cuyo nombre hace referencia a las tuneladoras.
Plataformas a 210 km/h
Por tanto, esta firma nace con la misión de poner punto y final a la problemática de los atascos con un sistema que, a juzgar por las primeras pinceladas proporcionadas por el directivo, podría compararse al de una intrincada maraña de túneles que transportaría automáticamente automóviles y, por supuesto, cápsulas de Hyperloop, de un punto a otro de la ciudad.
La idea inicial es distribuir a lo largo y ancho de Los Ángeles una serie de puntos de acceso equipados con ascensores gracias a los cuales los vehículos entrarían en esta red de túneles. Una vez dentro, el coche sería depositado en una plataforma que lo desplazaría hasta el destino deseado, sin necesidad de que ningún ocupante tocase el volante, donde emergería a la superficie en un montacargas similar al que empleó para entrar.
Los 'contenedores' en los que viajarían los automóviles, camiones o 'pods' de Hyperloop alcanzarían los 210 kilómetros por hora y todo el sistema estaría conectado a nuestro teléfono o vehículo inteligente, con los que fijaríamos la ruta a seguir.
Actualmente, Musk ha confesado dedicar sólo un 2 ó 3% de su tiempo a esta nueva aventura, por lo que considera que se trata de un proyecto a largo plazo. También es consciente de que se enfrenta a grandes retos: además de conseguir los permisos necesarios para realizar pruebas a gran escala e instalar después estas estructuras en ciudades, tiene presente que su construcción conllevaría un gran coste.
El ejecutivo sabe que el precio es el mayor hándicap al que se enfrenta la compañía, por lo que la prioridad de The Boring Company ahora es rebajarlo. Por ese motivo, se está trabajando en el desarrollo de maquinaria más rápida y que sea capaz de cavar los túneles y reforzarlos al mismo tiempo.
Durante su participación en las conferencias del TED2017, Musk dio a conocer también la primera imagen del esperado camión eléctrico en el que se encuentra trabajando Tesla y confirmó que el primer prototipo ya estaba listo, aunque se presentará en septiembre. Apenas dejó entrever la silueta de este "semi-truck" -vehículo comercial ligero-, pero se pudo apreciar que su diseño seguirá la línea marcada por los Model S y Model X.
También, cómo no, Musk contó a la audiencia del TED2017 que es muy probable que anuncie cuatro ‘gigafactorías’ más antes del final de este año, pero no ofreció pistas sobre dónde estarán ubicadas. Una conjetura es que una estará en China y otra en Europa. De hecho Musk estuvo en China hace unos días para una reunión privada sin previo aviso con el viceprimer ministro Wang Yang.
Tesla está buscando socios para construir automóviles en China y vería con muy buenos ojos que las baterías de sus coches se fabricaran localmente. Sin duda, esto le haría ganar puntos frente a los fallidos intentos deHyundai y Kia, de colocar a sus coches producidos en China baterías fabricadas en Corea, pretensión que ha sido calificada por las autoridades chinas de “una idea muy mala”.
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