El suministrador alternativo checo de energía Frantiskovy Energie anunció hoy que abandona el negocio de manera inmediata debido a los altos precios del mercado, con lo que son ya trece, casi todas de pequeño tamaño, el número de empresas que han cerrado en el país, lo que ha afectado a casi un millón de clientes.
La primera en hacerlo fue, el pasado 13 de octubre, Bohemia Energy, una decisión que fue criticada por el anterior Gobierno, que acusó a la compañía de "engañar" a sus clientes.
Con carteras de clientes dispares, desde los 900.000 de Bohemia Energy, a los 150 de A-PLUS, la mayoría de los hogares y empresas afectadas por esos cierres han podido mantener el suministro acogiéndose al "suministrador de último recurso", que es el líder del mercado en cada región, aunque con tarifas más altas dictadas por el mercado actual.
El presidente del país, Milos Zeman, mencionó en su mensaje navideño la escalada de los precios de energía como uno de los principales retos que afronta el país, y apeló a desvincularse del Pacto Verde Europeo, al que atribuyó el encarecimiento, y apostar por una estrategia energética propia al margen de Bruselas.
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