Turquía, el sexto país de Europa en producción de energía eólica, se ha marcado el objetivo de avanzar a la quinta posición en 2030, al mismo tiempo que invierte para ser también uno de los principales fabricantes de turbinas y generadores y contrarrestar la dependencia tecnológica de China.
Con una capacidad instalada de 14 gigavatios de energía eólica, que supone ya el 11% de la producción eléctrica del país, Turquía se sitúa detrás de Alemania, Reino Unido, España, Francia y Suecia; pero es uno de los que más crece en los últimos años.
"Estamos instalando 1,3 gigavatios nuevos al año, lo que nos convierte en el tercer país europeo en crecimiento, y aspiramos a ser la quinta potencia eólica de Europa en 2030", afirma en una conversación con EFE el presidente de la asociación empresarial Unión de Energía Eólica de Turquía (TÜREB), Ibrahim Erden.
Turquía, fabricante de turbinas
Erden hizo estás declaraciones durante una actividad organizada y financiada por TÜREB para promover Turquía como país atractivo para inversiones eólicas y como próxima sede de la convención de WindEurope, a la que fueron invitados varios medios internacionales, entre ellos EFE.
Turquía dispone actualmente de 286 parques eólicos con 4.500 generadores, pero también se está posicionado como exportador de turbinas, torres y rotores mediante plantas de producción para marcas europeas y chinas.
Una de las principales compañías presentes es la danesa Nordex, participada en gran parte por la española Acciona; pero también producen en Turquía las alemanas Enercon y Siemens, la danesa Vestas, la china Sinovel y las estadounidenses GE y TPI.
Reducir el 'riesgo chino'
Unas 130 empresas, con un total de 20.000 empleados, trabajan en la fabricación de generadores eólicas en Turquía, un sector que factura al año unos 2.200 millones de dólares (1.875 millones de euros) y exporta a más de 50 países, aunque el 70 % de la producción se destina a Europa, según los datos de TÜREB.
Erden reconoce que las turbulencias de la economía turca en los últimos años, con una inflación disparada, han frenado, en general, la inversión extranjera en Turquía, pero ve un gran potencial en la producción de generadores y la instalación de parques eólicos.
Eso sí, es crítico con la expansión de China en el mercado europeo y cuestiona que incluso las compañías alemanas traigan componentes chinos a Turquía en lugar de apostar por una producción local, algo que, opina, puede lastrar el desarrollo de una industria europea propia.
"La guerra de Rusia en Ucrania ha demostrado que depender de un solo país para un recurso energético no es seguro. Ahora todo el mundo busca reducir el 'riesgo chino'. Turquía, con una industria experimentada, podría asumir un rol para reducir ese riesgo en la cadena de suministros para Europa", evalúa Erden.









galan
08/09/2025