Petróleo & Gas

Un año del plan estratégico de Cepsa, el 'Maverick' del sector energético

El nuevo CEO de la compañía, Maarten Wetselaar, ha conseguido darle otra visión a la compañía en muy poco tiempo

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Maverick es un apellido famoso por el personaje que Tom Cruise protagonizó en la película "Top Gun" en 1986 y también es conocido por el equipo de la NBA en Dallas (Texas), los Mavericks. Originariamente, el nombre proviene de Samuel Augustus Maverick, un político americano del siglo XIX que se negó a marcar algunas reses propias, permitiendolas estar un régimen de libertad. Por esta razón, se entiende por Maverick los sujetos que se apartan de lo convencional y tópico, y están presididos por un notable afán de libertad y de independencia.

Hoy se cumple un año del lanzamiento del nuevo plan estratégico de Cepsa a 2030, Positive Motion. Fue poco después de producirse la guerra en Ucrania. Aunque este hecho hizo que se aplazaran la presentación de otros planes estratégicos, la compañía que comanda Maarten Wetselaar, ya dio muestras de su impronta por diferenciarse, mostrando su hoja de ruta para esta década contra viento y marea.

Previamente ya había mostrado maneras, presentado el primer acuerdo de movilidad sostenible en Europa entre una eléctrica (Endesa) y una petrolera, para unir sus redes de recarga para coches eléctricos, sumando la amplia red de la compañía que dirige José Bogas, con la red de recarga ultrarrápida que está implantando Cepsa en sus estaciones de servicio.

La vocación por marcar terreno se manifestó también el pasado mes de mayo, cuando anunció el inicio de la desinstalación de su refinería en Santa Cruz de Tenerife. La ciudad que vio nacer la primera refinería de España en 1929 y por ende a la compañía, abrazaba el cambio para adaptarse a las necesidades de una sociedad que reclama acelerar la descarbonización y potenciar los combustibles sostenibles como vía de lucha contra el cambio climático.

Cuando la mayoría de grandes petroleras lanzaban sus estrategias para competir con las eléctricas por los consumidores residenciales de electricidad, desarrollando comercializadoras en este campo, Cepsa se distanció, centrándose en aquel terreno donde cuenta con una ventaja competitiva y puede liderar: las moléculas verdes.

Más allá de los electrones de origen renovable, la nuevas moléculas limpias, como el hidrógeno verde o los biocombustibles de segunda generación, suponen la vía más rápida para descarbonizar la industria y otros sectores de difícil electrificación, como el transporte pesado terrestre, la aviación o el tráfico marítimo.

La gran apuesta del hidrógeno verde

Para ello, está transformando sus refinerías en parques energéticos descarbonizados, sustituyendo el hidrógeno gris que emplean desde hace años por hidrógeno verde. Además contará con energía renovable de los parques solares y eólicos que está desarrollando, de los que ya cuenta con más de 2GW con acceso a la red, habiendo obtenido la Declaración de Impacto Ambiental favorable de todos los proyectos presentados hasta la fecha.

El plato fuerte del desarrollo de su estrategia vino en diciembre cuando presentaron el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde. Con una inversión de 3000 millones de euros y 2 GW es el proyecto más importante presentado en Europa hasta la fecha, lo que atrajo e interés del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez e incluso fuera de nuestras fronteras, posibilitando un acuerdo con el puerto de Rotterdam para crear el primer corredor sur-norte en Europa de hidrógeno verde.

La magnitud del proyecto le ha permitido también generar nuevas alianzas, tanto con productores de energía como consumidores (offtakers) habiéndose cerrado ya acuerdos con EDP, Enagás Renovable, Alter Enersun o Fertiberia.

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Biocombustibles

Asimismo, en septiembre inició la producción de biocombustibles de segunda generación, en su parque energético de Huelva. Estos nuevos combustibles sostenibles permiten reducir las emisiones hasta en un 90% (respecto al uso de combustibles tradicionales), además de impulsar la economía circular, al fabricarse a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina o desechos agrícolas. Su objetivo es liderar su producción en 2030 en España y Portugal, con una capacidad de 2,5 millones de toneladas, de las que 800.000 serán combustibles sostenibles para la aviación (SAF).

Para ello, ha alcanzado alianzas con algunas de las principales aerolíneas, como Grupo Iberia, Air Nostrum, Binter, Vueling, TUI y Etihad. Y como muestra, un botón, el pasado mes de noviembre más de 200 vuelos despegaran del Aeropuerto de Sevilla con SAF de Cepsa, siendo el primer aeropuerto del sur de Europa en conseguir un hito similar. La producción a gran escala comenzará en 2026 a través de la planta de biocombustibles 2G que la compañía ha anunciado que construirá en Huelva, con una inversión de 1000 millones de euros.

Es sin duda una buena hoja de servicios para Cepsa en su primer aniversario de ‘Positive Motion’, mediante la que la compañía quiere invertir en esta década hasta 8000 millones de euros para convertirse en líder de la movilidad y la energía sostenibles en España y Portugal, y ser un referente de la transición energética. Está dando buenos pasos para conseguir ser el Maverick del sector.

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