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Un revolucionario avance en Australia acelera el futuro del vehículo de hidrógeno

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Uno de los mayores obstáculos a los que se enfrenta la industria del combustible de hidrógeno es su transporte y almacenamiento, pero las últimas investigaciones realizadas por CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation), un organismo independiente australiano responsable de la investigación científica, podrían dar una solución definitiva que relanzara esta tecnología.

Algunas de los fabricantes de automóviles más grandes del mundo, como Toyota, Hyundai y BMW, han apostado por el hidrógeno como fuente de combustible del futuro, y ahora esta agencia nacional de ciencia ha desarrollado un sistema de membranas que podrían reabastecer de combustible a los coches usando amoníaco.

Para comprobar que es posible, durante las pruebas utilizaron dos vehículos de pila de combustible, un Toyota Mirai y un Hyundai Nexo, que se repostaron con éxito utilizando hidrógeno de alta alta pureza producido en el estado australiano de Queensland.

A diferencia de los coches de batería eléctrica, los vehículos de células de hidrógeno tardan en minutos en repostar con un alcance en distancia de hasta el doble que los vehículos eléctricos. Los avances tecnológicos también están ayudando a reducir los costes de producción de hidrógeno renovable para que sea más competitivo respecto al combustible convencional, el derivado del petróleo.

El director ejecutivo de CSIRO, el Dr. Larry Marshall, dice que la tecnología, a través de una unidad modular, allana el camino para que el hidrógeno pueda ser transportado en forma de amoníaco. Utilizando la infraestructura existente, es posible que ese amoníaco se transforme en hidrógeno justo en el punto de carga, en la hidrolinera, consiguiendo así que desbloquear el principal escollo para que se dispare el desarrollo de los vehículos de pila de combustible.

"Este es un momento decisivo para la energía, y esperamos aplicar la innovación CSIRO para permitir que este medio de almacenamiento de energía abra paso en el mercado de la movilidad a un combustible de fuentes renovables", anunció, "estoy encantado de ver una fuerte colaboración y la aplicación de los conocimientos de CSIRO a lo que es clave para el avance de la investigación, la combinación de todo el sector energético en general".

La membrana diseñada por CSIRO separa el hidrógeno de alta pureza del amoníaco, mientras bloquea todos los demás gases. Resuelve así el problema del movimiento actualmente complejo y relativamente caro de hidrógeno a granel mediante el uso de amoníaco líquido.

La multinacional británica BOC se asoció con CSIRO en el proyecto ofreciendo 1,26 millones de dólares al Fondo de dotación para  la ciencia y la industria del gobierno federal, la misma cantidad que aportó la agencia de ciencia australiana. Con esta nueva demostración, CSIRO planea poner en marcha la tecnología a gran escala, no solo en el país de las antípodas sino exportarlo al extranjero con el objetivo de crear una potente industria tecnológica.

Y mientras se da un impulso decisivo a este combustible, hay otras investigaciones que están trabajando en otras partes de la cadena de producción de hidrógeno, incluida la electrólisis del agua y la creación de hidrógeno.

Mientras que los coches propulsados ​​por hidrógeno han sido objetivo principal en el país de Hyundai, en Corea del Sur, con un plan de cinco años para poner en circulación 16.000 vehículos, o en Japón, de la mano de Toyota y de Honda, en el resto del mundo la tecnología aún se está probando y la falta de infraestructura para repostar ha sido la clave del problema, además de un amplio desconocimiento de la población sobre las posibilidades de este nuevo sistema de movilidad.

¿Será el hidrógeno un futuro duro competidor del coche eléctrico?

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