Crece la preocupación, dentro y fuera de la industria eólica, por el inminente problema de los residuos de las viejas palas de las turbinas, pero una investigadora estadounidense trabaja en una nueva solución: las palas compostables.
Valeria La Saponara, catedrática de compuestos poliméricos del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la Universidad de California en Davis, utiliza bambú, biomasa de residuos agrícolas y micelio, la red subterránea de hilos que forman los hongos.
Pronto se probará un prototipo en una pequeña turbina de 1 kilovatio con el objetivo de ver si pueden soportar vientos de 137 kilómetros por hora.
"Queremos hacer pruebas estructurales para averiguar la velocidad de rotación y la cantidad de energía que podemos generar", explica La Saponara, según informa la universidad. "Una vez que tengamos la prueba de concepto para 1 kilovatio, que es una cantidad razonable de potencia, entonces podremos empezar a trabajar con empresas para la comercialización de este concepto para aplicaciones de energía distribuida".
En la actualidad, las palas se fabrican con fibra de vidrio, resinas epoxi y madera de balsa, lo que crea una combinación no muy reciclable pero capaz de soportar esas fuerzas y, al mismo tiempo, suministrar la cantidad óptima de energía. Separar la resina curada de los demás materiales es lo difícil, y resulta caro.
La demanda de madera de balsa es también una de las causas del aumento de la tala y la deforestación en la selva amazónica ecuatoriana, de donde procede el 95% de la madera de balsa del mundo. Una solución hasta la fecha ha sido cambiar al plástico de tereftalato de polietileno (PET), pero esto conlleva más problemas de residuos.
Ya hay soluciones
Entre el 85% y el 94% de una turbina puede reciclarse, ya que se reutilizan los cimientos, la torre, partes de la caja de engranajes y el generador.
Pero un informe del Consejo de Energía Limpia, _Winding Up: Decommissioning, Recycling and Waste Management of Australian Wind Turbines _(Desmantelamiento, reciclado y gestión de residuos de los aerogeneradores australianos) concluye que el mayor obstáculo para el reciclado de los aerogeneradores son las palas, para las que existen pocas opciones de desecho.
Según el profesor Peter Majewski, del Instituto de Industrias Futuras de la Universidad de Australia Meridional, en un estudio realizado el año pasado, si no se encuentran soluciones, las palas generarán unas 10.000 toneladas de residuos al año, que aumentarán a 20.000 toneladas en 2030 y a 300.000 toneladas en 2050.
Pidió que se legisle sobre los objetivos de reciclado, de modo que la aprobación de nuevos proyectos eólicos dependa de la existencia de planes de reciclado al final de su vida útil.
Algunos países europeos ya han prohibido la entrada de turbinas eólicas en los vertederos, lo que ha llevado al sector a buscar apresuradamente alternativas viables.
En 2021, Siemens Gamesa fabricó lo que denominó la primera pala totalmente reciclable del mundo para uso comercial, que utilizaba una nueva forma de resina cuya estructura química facilita su separación de los demás componentes fundiéndola en una solución ligeramente ácida.
Siemens Gamesa probó las palas en el proyecto Kaskasi de RWE en Alemania antes de lanzar una versión terrestre a finales de 2022. Siemens Gamesa afirma que planea que todas las palas que fabrica sean reciclables para 2030.
En Dinamarca, una empresa emergente llamada Continuum planea construir seis fábricas de reciclaje de palas en Europa y Turquía que tratarán un mínimo de 36.000 toneladas de palas de turbina al final de su vida útil cada año, y que funcionarán con un 100% de energía verde.
El año pasado, la compañía eléctrica sueca Vattenfall se comprometió a reciclar todas las palas de aerogeneradores desmantelados para 2030, y anunció que estaba preparando una serie de colaboraciones que podrían convertir las palas de los aerogeneradores en cualquier cosa, desde esquís y tablas de snowboard hasta materiales de construcción para parques solares.
Del mismo modo, en agosto de 2022, científicos de la Universidad Estatal de Michigan anunciaron que habían encontrado una forma de reciclar las palas de las turbinas eólicas para convertirlas en ositos de gominola, pañales y otros artículos de uso cotidiano.
Y en Estados Unidos, una empresa derivada de la Universidad de Tennessee está construyendo una planta que puede reciclar toda la fibra de vidrio de las palas de las turbinas y recoger 50.000 toneladas al año.
galan
03/06/2023