Como se diría popularmente llueve sobre mojado. Ya lo adelantamos hace un par de años y ahora no hay sino la confirmación de lo que ocurrirá en el futuro más cercano en relación a los vehículos eléctricos y los fabricantes chinos. Más cuando vemos situaciones como la acontecida recientemente en el IAA Mobility de Múnich en el que las marcas asiáticas duplicaron su presencia en la muestra y, en algunos casos, coparon más protagonismo que las europeas.
Una tendencia que irá a más y que podría llegar a que los fabricantes chinos coparan un tercio de las ventas mundiales para el 2030. Esta es la conclusión a la que han llegado, de nuevo, los analistas de UBS Group AG en un informe publicado a finales del mes de agosto. En el mismo se asegura que para dicho año, los fabricantes occidentales pasarán de tener un peso del 81% actual a un 55%, mientras que la cuota de Tesla ascenderá del 2% de la actualidad al 8%.
BYD por encima de todas
En este sentido, los analistas de dicho informe aseguran que el líder de esta movilización eléctrica china no será otro que BYD, concluyendo que duplicará su participación en el mercado en comparación con la actualidad. Y es que los 28 años de experiencia en la fabricación de baterías así como el hecho de que el 75% de sus componentes sean de fabricación propia le reportará sustanciales ventajas en el ahorro de costes en comparación con las firmas europeas o norteamericanas; en concreto UBS habla de una deducción del 25%. El ejemplo claro es el Seal, que llegará al mercado español a finales de este año, y que tiene menos de un 10% de las piezas de origen foráneo, permitiéndole así a BYD controlar casi por completo la cadena de producción y suministro.
Una expansión de las marcas chinas que es más significativa todavía si se tiene en cuenta que ninguna de ellas está presente de manera significativa en mercados tan importantes como el norteamericano, el japonés, el surcoreano o el indio. Además, el informe de UBS expone que algunos de las marcas más damnificadas por este auge asiático serán Volkswagen, Renault o BMW, que sufrirán leves reducciones en la cuota de mercado al tiempo que cederán posiciones de prestigio en áreas clave. De ahí que estén acelerando su transición a mercados tan representativos en materia eléctrica como el chino.
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