La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, aseguró este viernes que la Unión Europea (UE) "no será chantajeada" por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en el ámbito energético, y afirmó que el club comunitario está "decidido" a terminar con su dependencia en lo referente a los combustibles fósiles rusos "de una vez por todas y rápido".
"Putin está usando los combustibles fósiles como un arma contra Europa, pero Europa no será chantajeada, no transigiremos con nuestros valores. Estamos decididos a poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos de una vez por todas y rápido", declaró la política durante la cumbre de la UE sobre inversiones sostenibles que se celebra hoy en Bruselas.
Detalló que los Veintisiete dejarán de ser dependientes de Moscú "diversificando el suministro, ahorrando energía y acelerando el despliegue de las energías renovables".
El arma de Rusia: la energía
Von der Leyen recordó que en la edición del año pasado de esta cumbre ya habló sobre la "insostenibilidad del sistema energético, que todavía está dominado por los combustibles fósiles".
"Desde el ataque brutal de Rusia en Ucrania, esto se ha hecho incluso más obvio", constató.
Mencionó que el año pasado el 41 % de las importaciones europeas de gas procedían de Rusia y que ahora la cifra ha bajado al 9 % del gas que llega por gasoducto.
La presidenta de la Comisión admitió que la prioridad "inmediata" es "afrontar la crisis energética, que corre el riesgo de convertirse en una crisis económica y social".
"Desde que nos reunimos el año pasado, las previsiones de crecimiento económico mundial pueden haberse debilitado, pero nuestro compromiso colectivo de construir una economía sostenible no lo ha hecho", expuso, y añadió que los argumentos empresariales, morales y de seguridad a favor de la transición ecológica "solo se han fortalecido".
La apuesta de la UE
Subrayó que la energía renovable "no solo es buena para el clima", sino que también lo es "para nuestra independencia".
"Es energía limpia producida en casa", expresó.
Por otro lado, puso el acento sobre la falta de capacidades entre los empleados para trabajar en los ámbitos de las transiciones ecológica y digital.
Tras el discurso de la alemana, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ofreció la ayuda de su país al club europeo para enfrentarse a la estrategia de Rusia de utilizar la energía como un arma en su guerra contra Ucrania, lo que ha derivado en unos precios “históricos” de los combustibles fósiles, especialmente el gas.
“Estamos aquí para ayudar”, dijo el canadiense en un mensaje grabado, en el que también aseguró que Canadá “comparte la ambición” de la UE para acelerar la transición verde y está dando “grandes pasos” para convertirse en “el proveedor fiable de energía que un mundo sin emisiones netas necesita”.
También intervino en la apertura del evento el secretario general de la ONU, António Guterres, quien puso el acento en el éxito de la próxima COP27 de Egipto, que debe servir como “punto de inflexión” para “restaurar la confianza entre países desarrollados y países en desarrollo”.
El portugués reiteró la necesidad de que los países ricos liberen inversiones en tecnologías verdes en los países pobres y en desarrollo, donde son “siete veces más caras”. Para ello, Guterres pidió una posición activa del club europeo en las negociaciones internacionales: “Necesitamos que la UE sea un constructor de puentes”, expresó.
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