Empirical Systems Aerospace (ESAero) ha hecho entrega del X-57 Maxwell Mod II, el primer avión eléctrico de la NASA, en el Centro de Investigación de Vuelo Armstrong en Edwards, California. Las pruebas a las que será sometido, primero en tierra y luego en vuelos reales, permitirán conocer las posibilidades de la propulsión eléctrica para ser empleada en la aviación general y el desarrollo de los estándares de diseño para cumplir todas las exigencias de seguridad.
La NASA utiliza los conocidos como Aviones X como aeronaves experimentales para probar nuevas tecnologías y que, normalmente, son mantenidos en el más estricto secreto. El proyecto del X-57 lleva desarrollándose desde 2016, y con él, la NASA desarrollará los estándares de certificación para el mercado de vehículos eléctricos en rápido crecimiento, en particular los vehículos de movilidad urbana (UAM).
El X-57 Mod II lleva este nombre por contar con la primera de las tres configuraciones disponibles que ha encargado la NASA. En él los motores de combustión tradicionales de un avión ligero Tecnam P2006T son reemplazados por motores eléctricos de crucero de Maxwell. Las otras dos fases del proyecto, Mod III y IV, están relacionadas con la eficiencia energética.
El nuevo sistema de propulsión cuenta con un peso total de 1.750 kilogramos de los que 390 corresponden a las baterías de litio. Con él, la velocidad de crucero que puede alcanzar es de 276 km/h a una altura de 8.000 pies (2.400 metros). Con esta configuración, la agencia espacial americana arrancará, a partir de ahora, un programa de pruebas en tierra para asegurar que las condiciones de vuelo que ofrece cumplen los estándares de seguridad.
Una vez finalizadas las pruebas en tierra, comenzarán las pruebas de vuelo real, lo que marcará un antes y un después en el avance del proyecto cuyo objetivo es comprobar la viabilidad de la aeronavegabilidad eléctrica para aeronaves comerciales. Según la NASA, el X-57 Mod II logra alcanzar un 500% más de eficiencia en los cruceros de alta velocidad, sin emisiones de carbono en vuelo y en completo silencio.
“Planeamos compartir rápidamente las valiosas lecciones aprendidas a lo largo del camino a medida que avanzamos hacia las pruebas de vuelo, ayudando a informar al creciente mercado de aeronaves eléctricas”, ha declarado el director del proyecto X-57, Tom Rigney en un comunicado.
ESAero ya ha entregado una nueva ala con una alta relación de aspecto, clave para las siguientes fases del proyecto, en las que intervienen los aviones Mod III y Mod IV. En septiembre de este año superó con éxito las pruebas de carga necesarias en el Laboratorio de Cargas de Vuelo de Armstrong de la NASA, y se integrará en la configuración final del avión experimental pilotado.
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