Alu Iberia, la antigua Alcoa, no acudirá a la próxima subasta del servicio de interrumpibilidad eléctrica, dado que tiene sus líneas de electrolisis improductivas desde el pasado mes de febrero, y su apuesta ahora pasa porque el Gobierno habilite una solución energética a tiempo para su reinicio, previsto para la segunda mitad de 2020.
Según ha explicado a Efe el presidente del comité de empresa de Alu Iberia de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, la previsión en poner en marcha las series de electrolisis en la segunda mitad del próximo año y, de no haber una solución sólida para bajar el coste de la energía que llegue a tiempo, muchos puestos de trabajo de la fábrica correrán peligro.
Actualmente, la planta de San Balandrán sólo produce en su departamento de fundición, que es donde el fondo propietario Parter Capital está llevando a cabo inversiones.
“Para nosotros, lo importe es arrancar las líneas de electrolisis, pero viendo las decisiones que están tomando, cada vez lo vemos más complicado”, ha indicado Gómez de la Uz, en alusión a las condiciones puestas para la próxima subasta, en la que se reducirá la oferta de los 2.340 megavatios (MW) de la anterior a sólo 1.000.
Si esas mimas malas condiciones se mantuvieran en la siguiente subasta, a la que se presentaría para el reinicio de las cubas de electrolisis, la situación sería muy preocupante, según el representante sindical.
De todos modo, la solución ya no debería de ser el actual sistema de subastas, muy rechazado por la industria, si no la entrada de vigor del comprometido estatuto para las empresas electrointensivas que garantice un precio de la energía en parecidos niveles a los de los países del entorno para competir en igualdad de condiciones.
De continuar el escenario que dibuja esta próxima convocatoria de la subasta, se corre el riesgo de no poder arrancar las series y con ello poner en peligro el mantenimiento de la totalidad del empleo, ha indicado el presidente del comité.
José Manuel Gómez de la Uz ha recalcado el dato de que, de los 300 trabajadores que conforman la actual plantilla, dos tercios están vinculados a las series de electrolisis y, en consecuencia, son empleos que se podrían perder.
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