Este viernes llega a los cines Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca, el nuevo documental sobre el cambio climático que, diez años después, vuelve a estar protagonizado por el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore. Un filme que tiene un mensaje contundente: "El tiempo se acaba y si no actuamos ya no habrá vuelta atrás", pero que también refleja que no todo es catastrófico en la lucha contra el calentamiento global y se han experimentado notables avances.
En estos diez años, desde que se estrenó oscarizado documental Una verdad incómoda, "han cambiado muchas cosas", asegura Álvaro Rodríguez, director general de The Climate Reality, la Fundación de Gore, que en una entrevista concedida a Europa Press subraya que, especialmente en los últimos cinco años, "el cambio en renovables ha sido una auténtica revolución".
"Lo fundamental, que se ve claramente en la película, es que ahora las renovables han dejado de ser ecología para ser economía. Ya no son una opción ideológica para apoyar al medio ambiente, ahora es la opción más razonable", destaca Rodríguez que ve en este particular un cambio "brutal" porque cuando la energía limpia es más barata que la sucia "no hay debate".
YA ES UNA REALIDAD EN EL DÍA A DÍA
O no debería haberlo. Y es que tal y como muestra Una verdad muy incómoda, los negacionistas siguen dando batalla con fuerza a pesar de que "la dura realidad nos hace enfrentarnos al problema día a día". Realidad que, curiosamente, obligó a cambiar el propio nombre de la fundación de Gore, que ante los hechos consumados modificó su denominación inicial, The Climate Project, por el de The Climate Reality Project.
Antaño el trabajo de esta organización -que actualmente cuenta con unas 10.000 personas repartidas todo el mundo- era alertar sobre lo que los científicos decían que va a pasar, pero "ahora todo aquello es una realidad y la película ya no augura el futuro, sino que muestra imágenes de lo que está pasando". "Ya no enseñamos una animación basada lo dicen los científicos que puede pasar en Nueva York. Te enseñamos las imágenes de lo que pasó con el Sandy en Nueva York", sentencia.
Y Rodríguez pone ejemplos más cercanos para ilustrar que el calentamiento global es "el pan nuestro de cada día". "Cosas que veíamos anormales se están empezando a normalizar y responden a un patrón. La vendimia ya no se hace en septiembre, se hace en agosto. En los últimos 30 años Se ha adelantado 30 días, un día por año", apunta junto a otros efectos cotidianos del cambio climático entre los que también destaca "el hecho de ver moscas en diciembre o que los lilos florezcan tres veces al año".
Pero ante esta realidad, irrefutable, sigue habiendo negacionistas, corriente que ahora desenmascara sus verdaderos intereses. "Queda claro ahora que siempre negaron el cambio climático solo por motivos económicos. Sinclair decía que muy difícil que alguien comprenda algo si su sueldo depende de ello", dice para después denunciar esta "irresponsable resistencia" ante el inevitable cambio energético que se percibe todavía en muchos países y corporaciones económicas.
EL 'PUÑETAZO' DE TRUMP
Resistencia y "estrategias cortoplacistas" que han encontrado en Donald Trump en su nuevo campeón. Su elección como presidente de Estados Unidos la califica el propio Gore en el documental como un duro "puñetazo" en la lucha contra el cambio climático. Pero la batalla continúa.
"Lo que nos jugamos es más importante que un político esté en su puesto. Para cualquier persona con dos dedos de frente es evidente cuál es el camino a seguir", dice Rodríguez que al referirse a Trump recupera una de sus conversaciones con Gore. "Una vez me dijo: 'No solo las energías son renovables. Las voluntades políticas, en los países democráticos, también lo son cada cuatro años con el voto de los ciudadanos'".
En el caso de España, Rodríguez va más allá de partidos y señala directamente a una legislación "suicida" que no incentiva la que debería ser nuestra principal baza energética, el sol. "No hablo de subvenciones, hablo de no torpedearla. Parece mentira que en el país de Europa con más horas de sol tengamos la descripción más restrictiva en energía solar", lamenta.
"No sé hasta que punto la historia nos juzgará, porque sabiendo lo que sabemos, sabiendo a lo que nos enfrentamos y teniendo las herramientas que tenemos en la mano... hemos tardado tanto en reaccionar. No es tarde. Estamos a tiempo, pero no nos queda mucho margen", insiste.
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