El canciller alemán, Olaf Scholz, ha hecho un llamamiento a los actores económicos del país a "luchar por la industria" ante la crisis desatada por los fabricantes de vehículos y, en especial, ante la amenaza de Volkswagen --el mayor empleador privado del país-- de cierre de plantas en el país.
Los altos costes de la energía, la débil demanda global y el cambio de paradigma que enfrenta a la industria europea con las empresas chinas están planteando, a juicio del dirigente germano, preguntas existenciales para el modelo económico industrial y orientado a la exportación de Alemania.
Los temores a la desindustrialización se verbalizaron por el Gobierno alemán hace menos de un mes cuando Volkswagen anunció el posible cierre de fábricas y una revisión de sus objetivos financieros para todo el año, al igual que ya han hecho otros fabricantes como Porsche y BMW.
La automoción para Alemania
"Aquí en Alemania tenemos que luchar sobre todo por la industria", ha afirmado Scholz en un discurso ante el Parlamento alemán para añadir que una cuestión clave a día de hoy para su Ejecutivo pasa por averiguar "cómo garantizar energía barata".
Alemania acordó hace un año la reducción del impuesto a la electricidad al mínimo legal permitido para la manufactura europea, así como aumentar y extender durante cinco años la compensación que reciben 350 empresas que compiten en los mercados internacionales y cuyas industrias cuentan con un mayor riesgo de deslocalización. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha surtido el efecto deseado.
Al tiempo, Scholz ha criticado la lentitud de Bruselas para cerrar los acuerdos negociados de libre comercio, asegurándose de que no queden a merced de los intereses de un solo país, en una referencia velada al bloqueo de Francia a un acuerdo con Mercosur. "No hemos entregado la competencia en materia de política comercial a Europa para que no se firmen más acuerdos comerciales", ha criticado.
Asimismo, el alemán ha cargado contra la decisión de la Comisión Europea de imponer aranceles a la importación de coches eléctricos chinos asegurando que otros 17 Estados miembro eran escépticos, así como todos los ejecutivos de los fabricantes de automóviles que le han hecho llegar sus demandas.
"Mi petición es que lleguemos a un acuerdo entre China y la Unión Europea", ha sentenciado.
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