Según ha informado la empresa estatal alemana Deutsche Energy Terminal (DET), antes del invierno entrarán en funcionamiento otras dos terminales flotantes de importación de gas natural licuado (GNL).
Según ha informado la agencia de noticias dpa, la empresa no ha precisado la fecha prevista de puesta en servicio, que ya se ha retrasado varios meses respecto a los planes iniciales. Las obras siguen en marcha tanto en Wilhelmshaven como en Stade, ambas situadas en la costa del estado de Baja Sajonia.
En Alemania hay actualmente tres terminales temporales de GNL activas (Wilhelmshaven, Brunsbüttel y en la isla de Rügen) con cuatro buques en funcionamiento, las llamadas unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés). En conjunto, estas suministran entre el 5 y el 12 por ciento del gas que se consume en el país cada mes.
Alrededor del 45 por ciento del gas que utiliza Alemania proviene de Noruega a través de gasoductos, el 4 por ciento de los Países Bajos, el 5 por ciento es de producción nacional y el resto llega a través de gasoductos desde los vecinos occidentales, donde el origen es difícil de determinar.
La guerra en Ucrania ha obligado a Alemania a diversificar su suministro de gas más allá de Rusia. Además de aumentar las importaciones desde Noruega, el gobierno decidió apoyar la creación de una infraestructura propia de importación de GNL en el país. Esta se compone de las denominadas terminales flotantes temporales (buques que sólo requieren una infraestructura portuaria nueva limitada) y terminales terrestres más permanentes con mayor capacidad.
Los activistas ambientales e investigadores han criticado el impulso del GNL en el país, argumentando que los planes son descomunales y ponen en riesgo los objetivos climáticos nacionales y europeos.
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