El desplome del precio del petróleo tiene consecuencias positivas para los consumidores y conductores, pero también negativas, como es el caso de las compañías petroleras. Y esas consecuencias se traducen en despidos. La ola de despidos solo acaba de comenzar y ya va anunciado un recorte en el sector de 30.000 empleos.
Pero no son empresas pequeñas, son grandes compañías las que están viendo como parte de su negocio se va al traste y se ven abocadas a paralizar su actividad y por lo tanto poner en la calle a miles de trabajadores.
El caso más grave se ha producido en el sector petrolero mexicano donde las empresas subcontratadas por Pemex han despedido a 10.000 trabajadores por culpa de la compañía estatal. Por décimo año consecutivo, la producción de Pemex ha caído y la petrolera mexicana ha decidido recortar sus presupuestos por lo que muchas empresas que vivían de prestar servicios a Pemex han tenido que tomar estas medidas.
No muy lejos de allí, en EEUU la situación es muy complicada, sobre todo, en aquellos estados donde la industria petrolera tiene mucho poder como Texas o Dakota del Norte. Empresas de la talla de Schlumberger, Baker Hugues, Halliburton, Apache, Suncor Energy o Hercules Offshore, ya han tomado cartas en el asunto y han despedido a miles de empleados. La razón: se paralizan los proyectos de exploraciones.
La noticia que ha colmado el vaso ha sido cuando Baker Hugues, uno de los mayores proveedores de servicios petroleros del mundo, anunció que recortaba su plantilla en un 11%, un total de 7.000 empleos. "Tenemos que afrontar este desafío", dijo su CEO, Martin Craighead, en referencia al fuerte descenso del precio del crudo.
Además, esta empresa está de lleno en lo que es la operación mercantil de 2014. Halliburton compró Baker Hugues por 34.600 millones de dólares. Además de 7.000 empleos de Baker, Halliburton ha decidido despedir a 1.000 empleados, el 1% del total de su plantilla, en regiones como Europa, Asia y África.
La firma Schlumberger ha anunciado estos días que pone en la calle a 9.000 empleados. La causa es que la empresa ha decidido dejar de perforar. El 8% de la fuerza laboral de la compañía se queda en la calle. Esto ha afectado muchísimo a pueblos que dependían directamente del petróleo en el estado de Dakota del Norte. Según publica la CNN, en Dakota del Norte, el número de equipos de perforación de nuevos pozos de petróleo se redujo de 187 a finales del año pasado a 161 esta semana - el nivel más bajo en cinco años. "Mi predicción es que estaremos en 50 plataformas en junio", dijo Jim Arthaud, director general de la IMM Energy Services.
Es un efecto cadena. Si las empresas dejan de perforar, muchas compañías prestadoras de servicios como transporte o la industria del fracking se verán afectadas. Solo en Dakota del Norte "vamos a perder 20.000 puestos de trabajo de aquí a junio", dijo Arthaud.
La canadiense Suncor Energy, especialista en petróleo procedente de arenas bituminosas, ha decidido recortar 1.000 empleos. Pero no solo eso. Reducirá sus inversiones en 1.000 millones de dólares.
Otras empresas como Apache (250 despidos, 5% de la plantilla), Lewis Energy (300 empleos menos, el 20% del total), Hercules Offshore (324), o Ensign Energy Services y Civeo han tenido que reducir también sus plantillas.
Los expertos dicen que la ola de despidos solo acaba de comenzar. Y que arrasará a todo el sector. Abróchense los cinturones, empresas del petróleo, que vienen muchas curvas.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios