La eólica marina flotante será clave para suministrar energía renovable rentable a los consumidores. Equinor lidera el desarrollo de esta tecnología con Hywind Tampen, el mayor parque eólico flotante hasta la fecha. Se necesitaba una línea de producción fluida desde la carga de los componentes hasta el montaje de las turbinas, pero los cimientos profundos hacían necesaria una capacidad de elevación lejos del borde del muelle.
Para reducir las emisiones de CO2 de sus operaciones en alta mar, el grupo energético Equinor planeaba construir el parque eólico flotante en alta mar más grande del mundo. En conjunto, Hywind Tampen y el proyecto piloto Hywind Scotland de Equinor generarán alrededor de la mitad de la energía eólica flotante del mundo.
El mercado aún está en desarrollo y, aunque se están estudiando y creando prototipos de diversos diseños de componentes, técnicas de instalación y métodos de despliegue, ninguno se ha comercializado a gran escala. Para este proyecto se necesitaban cimientos flotantes, ya que la profundidad del agua y la geología del lecho marino de la zona de Tampen hacían imposible instalar turbinas convencionales de fondo fijo.
Montaje espectacular
El montaje de las turbinas de 8,6 MW -incluidas las torres, las góndolas y las palas- en enormes boyas de 107 m situadas principalmente bajo el agua constituyó un reto crítico. Este trabajo debía realizarse en el entorno controlado de un puerto, donde todo el sistema podía mantenerse lo más estático posible, antes de remolcar las turbinas terminadas hasta su lugar de instalación.
Con unas cimentaciones flotantes tan grandes, este puerto requería un calado excepcionalmente grande, lo que excluía los buques jack-up, que serían demasiado cortos para ensamblar las secciones de las turbinas. Además, aunque las condiciones en el puerto industrial de Gulen eran tranquilas, el uso de buques grúa aumentaría la complejidad de la ingeniería de montaje, que requeriría transferencias entre dos objetos flotantes. Esto, a su vez, podría retrasar la fase de integración y alargar la campaña de instalación en alta mar, aumentando los costes del proyecto.
Se necesitaba una barcaza espaciadora entre el muelle y los cimientos para garantizar un espacio adecuado entre la base de los cimientos y el lecho marino. Por tanto, los componentes de la turbina tendrían que elevarse por encima del borde del muelle, sobre la barcaza espaciadora y luego sobre los propios cimientos: una distancia de unos 143 m.
Mammoet, el gran aliado
Tras su experiencia en el despliegue del primer parque eólico flotante del mundo, Hywind Scotland (también explotado por Equinor), Mammoet fue contratada para llevar a cabo el montaje de la turbina y los trabajos portuarios asociados.
Martin Tieman, director de Proyecto de Mammoet, explica: "Reconocimos que necesitaríamos una grúa con un alcance enorme para realizar las elevaciones requeridas. La mayoría de las grúas terrestres de cualquier flota no serían capaces de alcanzar una distancia de 143 m con estos pesos, pero sabíamos que si se podía hacer el proyecto se beneficiaría significativamente. Así se crearía una línea de producción fluida, desde la estación de clasificación hasta el montaje de la turbina y la puesta en servicio, todo en el mismo lugar, optimizando el uso de los activos en alta mar”.
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