El grupo empresarial valenciano del sector energético Atitlan Helios promueve instalar una planta fotovoltaica en los términos municipales alicantinos de Monóvar y Salinas que generará anualmente 230 GWh, es decir, el consumo energético anual medio de más de 70.000 hogares españoles.
Este grupo empresarial ha presentado ante el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico el proyecto para construir dicha instalación, que, además, evitará la emisión a la atmósfera de 88.000 toneladas de CO2, equivalentes a la plantación de 300.000 árboles, según han informado este lunes sus promotores en un comunicado.
Este proyecto, denominado "FV MONÒVER de 116 MW" e impulsado a través de la mercantil Vulpes Velox Invest, SL., ha solicitado la Autorización Administrativa Previa y la Evaluación de Impacto Ambiental correspondientes, dice la nota de presa.
Se prevé una inversión superior a los 62 millones de euros, teniendo en cuenta el presupuesto de ejecución material de la planta y de sus infraestructuras de evacuación.
Ello supondrá, han asegurado las mismas fuentes, "una inyección económica para las arcas municipales de los ayuntamientos de Monóvar y Salinas de en torno a cuatro millones de euros en impuestos de construcción, tasas y canon, además de otros impuestos asociados a la explotación que ingresarán anualmente durante toda la vida útil de la instalación".
La energía generada en la planta evacuará en la subestación eléctrica de Novelda (Alicante), propiedad de Red Eléctrica de España, mediante unas infraestructuras de evacuación compartidas con otros promotores que disponen de permisos de acceso y conexión en esta misma subestación, minimizando así el impacto ambiental de las infraestructuras necesarias para la conexión.
Igualmente, la estructura de soporte de los módulos fotovoltaicos de esta planta "irá directamente hincada en el terreno, que en esta zona dispone de una excelente orografía para este tipo de instalaciones", según las citadas fuentes.
"De este modo, el uso de hormigón y el movimiento de tierras serán prácticamente nulos, garantizando la colonización de la totalidad del terreno por vegetación silvestre", han destacado.
Se estima que la construcción de las instalaciones "dará empleo a más de 600 personas, entre puestos directos e indirectos". Asimismo, "se fomentará el empleo local, contando con el soporte de los ayuntamientos", según sus promotores.
Como paso previo a definir el emplazamiento y el trazado de las infraestructuras de evacuación, la compañía ha mantenido diversas reuniones de trabajo con los ayuntamientos implicados.
Fruto de estos encuentros han surgido iniciativas específicas para este proyecto, como la adquisición de los derechos de viña de algunas parcelas y el compromiso de cederlos a agricultores y bodegas locales, al ser la actividad vitivinícola uno de los principales motores económicos de la zona.
Además, durante los dos últimos años se han venido realizando todos los estudios necesarios para valorar el adecuado emplazamiento de las instalaciones: de Impacto Ambiental con su respectivo Inventario Anual de Avifauna, de Inundabilidad, Geotécnicos y de Patrimonio Arqueológico.
La compañía ha afirmado que "el proyecto se ajusta a las normativas europea y nacional, tendentes a potenciar el desarrollo de proyectos de energías limpias y renovables que sustituyan a la tradicional, opción por la que hoy se inclina el 85 % de los españoles, sobre todo ahora, debido al incremento continuado del precio de la electricidad y a sus consecuencias en las economías familiares y empresariales".
Además de las habituales medidas compensatorias que Atitlan implementa en todos sus proyectos, como el establecimiento de pantallas vegetales para minimizar el impacto visual o la reforestación con vegetación autóctona con más de 18.000 unidades de especies, se plantea el soterramiento de 2.300 metros de la línea de evacuación a su paso entre las sierras de Les Pedrisses y Betíes.
También, y con vistas al futuro desmantelamiento de las instalaciones, se establecerá una estrategia para regenerar agrícolamente los suelos, ya de por sí demasiado degradados por una explotación agrícola excesiva.
En los próximos meses, Atitlan reanudará las reuniones de trabajo con las administraciones locales y la ciudadanía con el fin de analizar posibles actividades complementarias con la explotación de la instalación fotovoltaica, tales como la ganadería ecológica, la apicultura o el cultivo de hierbas aromáticas, cuya concesión se otorgará a empresas locales.
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