Más allá de las ventas y el número de coches eléctricos que se pongan en circulación, uno de los retos actuales de la electromovilidad es la segunda vida de las baterías. El reciclaje y la reutilizaciónde los paquetes de celdas se ha convertido en uno de los desafíos más visibles (y prometedores) del sector de la automoción en este 2025. Tanto es así que frente al rápido crecimiento del parque cero emisiones, surge una pregunta clave: ¿qué ocurre con las baterías cuando terminan su vida útil sobre ruedas?
Hasta hace poco, se pensaba que el destino de estos grandes y costosos paquetes era el reciclaje puro, es decir, la recuperación de materiales valiosos como litio, cobalto y níquel para fabricar nuevas celdas. Sin embargo, la industria ya apuesta por el “no mueren, se transforman”: muchas baterías retiradas de circulación aún conservan el 70-80% de su capacidad, permitiendo nuevos usos menos exigentes y alargando su ciclo de vida útil entre 5 y 10 años más fuera de los coches.
Movilidad inclusiva y circular
Así luce el Avathor One.Avathor
Uno de los proyectos más originales en esta transformación llega desde Turín. Stellantis, a través de su división SUSTAINera, recolecta baterías usadas de los vehículos eléctricos de sus marcas, las envía a su centro logístico y, en colaboración con la empresa local Intent S.r.l., desmonta y reacondiciona los módulos de 15 kWh para destinarlos a nuevas aplicaciones.
La acción más llamativa es la del Avathor One, un vehículo eléctrico compacto diseñado por Italdesign (el renombrado estudio de diseño del Grupo Volkswagen) que está concebido para personas con movilidad reducida. No sólo es un ejemplo de colaboración “indirecta” entre Stellantis y VW, sino también de cómo la economía circular puede impulsar avances sociales inéditos.
Detalles del Avathor One
Las baterías recuperadas se reconfiguran en módulos más pequeños, de entre 1,4 kWh y 2,8 kWh, que alimentan este micro-EV urbano. El Avathor One ofrece hasta 50 km de autonomía y está limitado a 10 km/h de velocidad máxima, garantizando seguridad, bajo consumo energético y acceso incluso en entornos peatonales.
Mucho más que reciclaje: la era del “segundo uso”
La solución para las personas con movilidad reducida.
El ejemplo de Avathor One es sólo la punta del iceberg de una tendencia global: las grandes firmas automotrices buscan multiplicar los proyectos de segunda vida para sus baterías. Stellantis colabora con gestores energéticos y utilities, integrando baterías recicladas para almacenamiento estacionario de energía renovable en lugares emblemáticos como el aeropuerto de Roma o estaciones fotovoltaicas de alta capacidad.
Estas iniciativas permiten equilibrar la demanda energética, reducir emisiones (hasta 16.000 toneladas de CO2 menos en 10 años en el proyecto ENEL X Pioneer) y optimizar el uso de recursos ya extraídos. La investigación conjunta de universidades y centros tecnológicos europeos sugiere que, para 2030, toda la demanda estacionaria de almacenamiento podría cubrirse únicamente con baterías de segundo uso, evitando la extracción de nuevas materias primas.
Segundas oportunidades
MG
La movilidad eléctrica y la circularidad de las baterías avanzan de la mano: lo que antes era un debate, hoy es también una oportunidad de negocio y una función social añadida. El estreno del Avathor One en Italia y su llegada a España en 2026 no sólo marca el inicio de un nuevo nicho de movilidad accesible: es la demostración palpable de que las grandes ideas pueden nacer de las piezas que otros ya no usan. La batería, en 2025, no termina su viaje: simplemente, empieza una nueva aventura.
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