Los jefes de Gobierno de Rumanía, Hungría, Georgia y Azerbaiyán firmaron en Bucarest en presencia de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, un acuerdo para la construcción de un cable submarino para aprovisionar a Europa con electricidad de Azerbaiyán.
“Nos conectaría con las dos orillas del Mar Negro y se extendería más allá, hacia la región del Mar Caspio”, explicó Von der Leyen, que precisó que el cable, sobre el que Georgia está haciendo un estudio de viabilidad, servirá tanto para transferir energía como para comunicaciones digitales.
Von der Leyen subrayó que la electricidad que la Unión Europea (UE) importará desde Azerbaiyán con este proyecto será energía generada de manera limpia, y servirá tanto para contribuir a la descarbonización como a reducir la dependencia de Rusia.
Lo que no cuenta Von der Leyen es que de momento, más del 90 % de la electricidad producida en Azerbaiyán proviene de fuentes fósiles y el 7 %, de energía hidráulica, con la eólica y solar sumando apenas un 0,5 %, pero Bakú tiene planes de potenciar este sector.
Según explicó el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el país asiático produce actualmente 27 gigavatios de energía eólica y solar, y está desarrollando proyectos que deben incrementar esta capacidad en 4 gigavatios hasta el final de 2027.
“Es un paso para crear un corredor para energía verde”, afirmó el presidente de esta potencia extractora de gas natural que ha aumentado sus exportaciones de este tipo de energía a Europa en los últimos años.
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