El director general de Basf España, Carles Navarro, ha indicado este viernes que un embargo al gas ruso por parte de la UE al que se sumara Alemania pararía la planta de producción de la compañía en Ludwigshafen, en la que trabajan unas 40.000 personas.
Navarro, durante una mesa de debate con la que se ha clausurado este viernes la asamblea general de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip), ha dicho que ve bastante superados los problemas que les llevaron el año pasado a declaraciones de fuerza mayor, una fórmula legal para justificar retrasos en las entregas o no suministrar productos comprometidos.
Las disrupciones en Basf
La escasez de suministros llevó por ejemplo a que en su empresa hubiera 30 declaraciones de fuerza mayor, frente a las dos o tres que había podido haber en los peores años, y ha afirmado que eso se debió a las disrupciones técnicas que se producen al poner las plantas en funcionamiento después de parones importantes, como el generado por la covid-19.
Para Navarro, estos problemas están bastantes superados y lo que realmente preocupa este año es si Alemania, cuyo consumo de gas ruso depende en un 55 % de Rusia, se sumara al embargo de gas de la UE a Rusia.
El embargo del gas
El también presidente de la Federación Empresarial de Industrias Químicas (Feique) ha dicho que un embargo al gas ruso abocaría al paro a esa gran fábrica en Alemania, con todo lo que conlleva en capacidad de suministro de productos, y sería "catastrófico" para Basf y para sus clientes.
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