El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, se mostró hoy convencido de que el gasoducto ruso-germano Nord Stream 2 se completará, pese a la presión de París y otros aliados para que se suspenda el proyecto, acentuada ahora por la represión al movimiento opositor de Aléxei Navalni.
Con un claro "sí", respondió Scholz a la pregunta formulada en el foro periodístico "Europe 2021" sobre si se completará ese costoso proyecto -9.500 millones de euros-, prácticamente terminado -está construido un 95 %- y que desde su inicio topa con los recelos de los principales aliados de Alemania.
Francia llamó esta semana a dejarlo en suspenso, a través del secretario de Estado para Europa, Clément Beaune, en medio de las tensiones por el caso de Navalni. La cuestión planea sobre la reunión del próximo viernes la canciller Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, y también sobre la anunciada "redefinición" de las relaciones entre Moscú y Bruselas.
Berlín ha insistido en "separar" la cuestión del gasoducto de las condenas por la represión a las marchas opositoras a favor de Navalni, quien fue detenido en cuanto regresó a Moscú procedente de Alemania, donde pasó cinco meses tras el envenenamiento del que acusa directamente al presidente Vladímir Putin.
El Nord Stream ha sido fuente de conflictos continuada para el Gobierno de la canciller Angela Merkel, quien heredó un proyecto fraguado en tiempos de su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder, amigo de Putin y con intereses en Gazprom.
Desde el Partido Socialdemócrata (SPD), al que pertenece Scholz, se respalda el proyecto, no tanto por fidelidad a Schröder, sino porque su tramo final afecta al "Land" de Mecklenburgo-Antempomerania. Su jefa de Gobierno, la socialdemócrata Manuela Schwesig, defiende a capa y espada que debe entrar en funcionamiento.
La cuestión tiene muchas aristas, a lo que se suma que Scholz es el candidato del SPD a la cancillería, en las generales del próximo 26 de septiembre.
Las presiones contra el proyecto son múltiples -incluidas las anunciadas sanciones de EE. UU-. Hasta ahora, Berlín sostiene que en el proyecto es imprescindible para la transición energética y que en él no solo están en juego intereses alemanes y que hay compromisos que cumplir con los inversores implicados, incluidos los europeos.
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