Carmen Becerril es una de las pocas mujeres que han conseguido romper el techo de cristal en el sector de la energía, desempeñando puestos de alta dirección tanto en el sector público como privado. Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y con estudios de Alta Dirección en el IESE Business School, se ha convertido en uno de los referentes del mundo de la energía. Es miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, y entre 1998 y 2004, ocupó los cargos de directora general de Política Energética y Minas del entonces Ministerio de Energía así como directora general del IDAE.
En el sector privado, ha sido directora de Consultoría en energía en PwC, desde 2005 hasta ahora, ha ejercido distintos cargos directivos en Acciona, y desde hace unas semanas preside la comercializadora Fortia Energía.
1.- ¿Cuáles serían, en su opinión, las claves para que España realice una transición energética adecuada?
En mi opinión, lo primero que necesitamos es planificar, pero debe ser una planificación estructurada. Y lo digo porque a veces da la impresión de que en muchos entornos se está generalizando la idea de que la transición energética es poner mucha potencia renovable y no solo es eso.
Si estamos diseñando un escenario en el que vamos hacia una descarbonización tenemos que saber cuál es, desde un punto de vista de la planificación, la estructura que vamos a decidir para el sector energético, no solo para el eléctrico, además de una ideas básicas sobre cuál es el modelo regulatorio que va a soportar esta transición energética.
En el proceso que estamos viviendo, con la incertidumbre que existe, parece muy complicado que se vayan a producir las inversiones que se tienen que realizar. Por poner un ejemplo, el actual modelo de mercado marginalista no parece que vaya a ser el que vaya a poder absorber un volumen de renovables muy importante, y que además pueda retribuir la inversión de las renovables y del backup que se supone que tiene que llevar asociado. Con eso quiero decir que hay que definir el modelo regulatorio que va a soportar todo el desarrollo de infraestructuras necesarias para esa transición.
2.- El Gobierno ha anunciado la aprobación de un RD de cierre de centrales que no cuenta con el apoyo del resto de grupos parlamentarios, así como el recorte a la retribución a las redes de gas y electricidad y se ha criticado mucho el concepto de rentabilidad razonable, entre otras decisiones políticas. ¿Cuál es su opinión respecto a la política energética del actual Ministerio de Energía?
Es muy difícil hacer una valoración porque son elementos absolutamente aislados que no se sabe muy bien cuál es el objetivo final que pueden estar persiguiendo. Que España debe mejorar en eficiencia, por supuesto, que España tiene un gran reto que son los precios de la energía, también, no hay más que ver que, de media, en Francia esos precios son 10 euros más bajos que en España, o en Alemania 15 euros.
Lo que pasa es que las decisiones en política energética tienen que estar enmarcadas en un modelo mucho más amplio que todos seamos capaces de entender. A mi me llama la atención, por ejemplo, con esas diferencias de precios y cuando hay una preocupación cierta por parte del Ministerio por el precio de la energía eléctrica, que se siga manteniendo el 7% del impuesto a la generación. Es un coste que se incorpora en el precio de la electricidad bastante atípico, si se analiza como elemento del sistema. Y no lo abordo ya ni siquiera desde un punto de vista de legalidad, es un tema que está en los tribunales europeos y tendrá su respuesta, sino que si verdaderamente se están planteando tensiones económicas dentro del sector eléctrico y problemas con el precio de la electricidad, una manera de tener un impacto inmediato sobre ese precio podría ser la supresión de ese impuesto.
Continuando con política energética, ¿ve necesario aumentar las interconexiones de gas y eléctricas?
Inicialmente, el objetivo de la Unión Europea es hacer realidad el mercado interior europeo, algo de lo que llevamos hablando desde que tengo memoria. Teóricamente avanzamos hacia ese mercado único pero la verdad es sigue siendo bastante deficiente. Aún así, desde este punto de vista, las interconexiones siempre tienen valor, porque hacen que los mercados se aproximen y se tienda a esas convergencias, además de ayudar a construir ese concepto de mercado único, tanto en el sector eléctrico como en el del gas.
Aún así siempre queda la pregunta de si es económicamente rentable el coste de la inversión en esa infraestructura respecto al retorno que se espera tener. Y es difícil responderla porque las infraestructuras se van haciendo poco a poco y máxime cuando son transfronterizas.
**3.- Fortia Energía es una comercializadora para grandes consumidores… ¿cuáles son sus principales demandas en relación a la energía? **
Fortia Energía es una comercializadora muy singular. Hasta hace poco los clientes eran además socios. Su origen, de hace ya 10 años, fue la unión de grandes consumidores de energía que intentaban ver las oportunidades que generaba la liberación del sector. Con una expectativa original de firmar grandes acuerdos bilaterales, finalmente se condujo a lo que fue posible, que básicamente es participar y comprar directamente en el mercado mayorista. Y por supuesto de los 20 grupos que forman parte de Fortia, sector del acero, metalúrgico, cementeras… si hay algo que destacar es la extrema fidelidad que hay hacia el proyecto.
Por otro lado, todo el sector energético está viviendo un momento particularmente interesante y todos hablamos de la transición energética. Y también los socios de Fortia han entendido que es necesario ver más allá de lo que hasta ahora había sido la comercializadora en cuanto a adquisición de electricidad y gestión energética para estas grandes empresas.
Por eso, hay dos cuestiones muy inmediatas Por un lado está todo el universo que se abre en este momento de PPAs (power parchase agreement o acuerdo de venta de energía). Con la competitividad que han ganado las energías renovables y con su posibilidad de ofertar precios, los PPAs son una realidad que se ha ido poniendo en operación en muchos mercados. Yo he tenido experiencia vendiendo energía en algunos mercados como México, EEUU, Chile, donde ése es un modelo que lleva bastantes años funcionando.
En el caso de España, como no ha habido apenas desarrollo, no había llegado todavía esa oportunidad. Ahora sí y en Fortia tenemos la intención de cerrar a lo largo de este año algún contrato, teniendo en cuenta que la singuralidad de Fortia es que manejamos entre 11 y 12 TWh/año, que es casi el 4% de la electricidad total consumida en España. Son volúmenes importantes y creemos que puede tener mucho sentido entrar en un PPA, y coger cierta experiencia, ver como las dos partes, tanto el comprador como el vendedor de energía, compartimos cierto riesgo. El gran reto de los PPAs y lo que da un poco de vertigo es que es un contrato que inicialmente se firma con un horizonte a 10 años sin saber qué va a pasar en el futuro, por lo que se antoja bastante complicado.
Pero siempre existen fórmulas contractuales que permiten mantener el equilibrio de los contratos y estoy segura de que conseguiremos hacer alguna operación bonita entorno a los PPAs y además con una dimensión mucho más significativa de las que hemos visto hasta ahora.
La otra cuestión a la que estamos muy atentos es al papel que se supone que tiene que tener la demanda en el futuro en la gestión energética. Me refiero a la gestión de la demanda, a la participación en servicios complementarios... El 'winter package' habla muy específicamente de que el consumidor tiene que estar en el centro de toda la transición energética, pero desde muchos puntos de vista, no solo del consumo, desde el autoconsumo hasta aspectos más sofisticados como participar en mercados de ajuste. En el caso de una plataforma como Fortia, con los volúmenes de energía que manejamos, podemos ser un interlocutor válido para ver qué puede aportar la demanda para todo el modelo, en cuanto a flexibilidad y otros aspectos.
En Francia y en Reino Unido, por ejemplo, ya existe el concepto de agregador de la demanda que pueden prestar este tipo de servicios. En España es absolutamente desconocido y es una evolución natural, consistente y coherente con el planteamiento del 'winter package'.4.- Como presidenta de Fortia Energía, ¿cuál será su principal cometido en la empresa?
A punto de cumplir los 10 años, uno de los planteamientos de Fortia en estos momentos es ampliar su base de clientes. Para mi ha sido una sorpresa muy grata el ver la excelencia con la que se gestiona, el nivel de transparencia, el modelo de relación que hay con los hasta ahora socios y ahora se quiere abrir la puerta a otros clientes que no necesariamente tienen que ser socios.
Buscamos consumidores de energía con una cierta dimensión, no necesariamente del sector industrial, en el sector servicios hay muchas empresas significativas, como por ejemplo cadenas hoteleras, grandes almacenes o de otro tipo de consumidor, porque el valor añadido de Fortia está en la capacidad de gestionar en el mercado, la capacidad de ajustar la demanda en cada momento, el ver como están comportándose los mercados a plazo para hacer la mejor cobertura y hacer las recomendaciones al cliente o al socio si tiene sentido entrar en un modelo de cobertura a plazo… También tenemos en estudio que Fortia, igual que actúa en el mercado eléctrico, pueda empezar a trabajar también en el mercado del gas.
**5.- La financiación de los proyectos renovables es uno de los grandes escollos del sector en estos momentos, y los PPAs se muestran como una opción cada vez más perseguida, especialmente en el sector fotovoltaico pero también eólico. ¿Cree que es la mejor opción para que puedan conseguir la financiación que necesitan? **
En España no se han firmado PPAs hasta ahora porque el propio modelo regulatorio de las renovables lo limitaba. Pero el verdadero boom de los PPAs en el mundo ha estado vinculado a la caída extremadamente importante de los precios en los últimos cinco años, sobre todo en fotovoltaica pero también en eólica. Los PPAs que se firman suelen estar asociados a una instalación y en definitiva, tienen que ser planteamientos win+win. Es decir, el promotor renovable intenta garantizarse una rentabilidad e intenta firmar un contrato con alguien a quien le pueda resultar de interés en cuanto a volúmenes y precios, y la consecuencia inmediata es que normalmente se facilita la financiación del proyecto.
Ahora, cuando están a punto de darse a conocer los primeros proyectos de la subasta de mayo, entre el 19 y el 20 de febrero, es cuando se verán los resultados. Yo creo que habrá unos cuantos PPAs significativos y que poco a poco se irán conociendo en el mercado y se convertirán en un modelo de suministro energético bien sea con un PPA físico o un PPA financiero de liquidación por diferencias, pero será un modelo de soporte de consumo.
Sin embargo, serán diferentes a los modelos de PPA que he conocido en otros países, donde tienen sistemas en el que el concepto de mercado mayorista marginalista no existe, por lo que hacer convivir un PPA con un modelo de mercado marginalista no deja de tener sus singularidades desde el punto de vista de definición de precios o de modelos de liquidación. Todos tendremos que aprender un poco.
Al final uno de los elementos que a la gran industria le resulta más difiícl es el diferencial de precios entre Francia, España y Alemania, por poner países con los que tenemos mayor intercambio comercial, es decir que la energía eléctrica no se convierta en un input que reste competitividad.
Por otro lado, el sector de las energías renovables hay mucha iniciativa de los tradicionales developer de renovables pero sobre todo de nuevos agentes. A estos la posibilidad de firmar contratos a diez años puede ser muy atractiva, porque desde un punto de vista de financiación ayuda mucho que tengas parte o todo tu volumen producido vinculado a unos consumidores que puedan tener una cierta potencia. Es ahí donde tenemos que jugar con el equilibrio de cuáles son los precios que nos pueden parecer razonables a las dos partes.
¿Es éste el futuro de la comercialización de las energías limpias?
Tenemos que ir sofisticando los modelos de gestión de la energía, y los PPAs tienen que ser una pieza muy importante dentro del puzzle que ahora afloran en el mercado español y que tenemos que ver cómo jugamos con ellos.
6.- En el sector energético apenas se visibiliza la presencia femenina, aunque la hay. Sois pocas las mujeres las que conseguís destacar y ser reconocidas por el sector, ¿cómo le ha influido en esta profesión el hecho de ser mujer?
El papel de la mujer en puestos directivos está mucho más normalizado en el sector público que en el privado y el origen de mi actividad en el sector energético comenzó ahí. Fui directora general del IDAE en el año 98, pero la anterior también era una mujer. En aquellos momentos, la directora general de Energía era María Luisa Huidobro, otra mujer, y estamos hablando del siglo pasado. Ahora mismo Teresa Baquedano es la directora general de Política Energética y Minas. Ha habido una suerte de hombres y mujeres de forma intercalada sin que haya habido ninguna predeterminación.
Es verdad que ministra de Industria y Energía no ha habido pero en el entorno público sí que hay mucha más normalidad, y una de las razones es el propio sistema de acceso a la función pública. Debe de ser que a las mujeres estudiar y dedicar tiempo a preparar oposiciones se nos da bastante bien. No hay más que ver las listas de aprobados de las oposiciones más importantes de la Administración del Estado y de las Autonómicas.
Cuando ya pasé al sector privado si noté esa singularidad. Si en los mandos intermedios ya hay pocas mujeres, aún hay menos oportunidad para ascender en la alta dirección. Puede que sea porque no se ha fomentado y también puede ser un cierto retraimiento natural de las mujeres, que puedan pensar directamente que “yo aquí no tengo nada que hacer".
Mientras estuve en el sector público, yo siempre decía que las cuotas no tenían sentido, pero cuando llegué al privado me convertí una firme y ferviente defensora de las cuotas, porque las cosas no suelen pasar de forma espontánea y menos aún cuando hablamos de romper una inercia. Para romperla, es necesaria forzarla y para eso sirven las cuotas. Y mientras tanto, como poco a poco hay más mujeres en carreras técnicas, dispuestas a batirse el cobre cada día, irá cambiando la situación de manera paralela.
De todos modos, la modernización a la que estamos asistiendo y el propio concepto de transición energética, probablemente empujen a que también se produzca un cambio sociológico donde las mujeres tendrán un rol mucho más presente y con mucha naturalidad, dejando de ser un elemento extraño.
6.- Eres una de las patronas de la Fundación Energía Sin Fronteras, ¿cómo percibes la realidad que se vive en los países en desarrollo en relación al acceso a la energía?
A nivel global uno de los problemas que siempre se plantea es el acceso universal a la energía. Se saca a relucir los 1.200 millones de personas que no tienen acceso a la energía, incluso el otro día, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) decía que en los próximos cinco años unos 70 millones de personas tendrán acceso a la electricidad a través de los pequeños sistemas fotovoltaicos domiciliarios. Evidentemente 70 millones es una cifra importantísima pero escasa si pensamos en el total, 1.200 millones.
Y la gran barrera con la que nos topamos es que las empresas no son capaces de convertir en un negocio la gestión de sistemas domiciliarios que lleven a mejorar la situación de las sociedades más pobres. Sería oportuno y necesario que hubiera más iniciativas empresariales, se debería dar por superada la fase en la que solo las organizaciones sin ánimo de lucro son las que se involucran en este tipo de problemas, así que animo a todas las empresas del sector a que participen en esta labor.
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