China, el país más contaminante del mundo, "aceleró dramáticamente" la aprobación de licencias para plantas de carbón en 2022, tras los problemas de suministro experimentados el año anterior, con los nuevos permisos llegando a la cifra más alta desde 2015, según un informe.
La segunda economía mundial expandió el pasado año la capacidad del sector con nuevas licencias que suponen otros 106 gigavatios de energía, cantidad equivalente a la producción de dos plantas grandes de carbón por semana, indica hoy el informe del Centro para la Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA, en inglés) y el Monitor de la Energía Global (GEM).
El informe alerta sobre la dependencia del país de la sustancia fósil para solucionar sus carencias, después de que en 2021 sufriera una oleada de apagones sin precedentes por el aumento de la demanda y la escalada de los precios del carbón, entre otros factores, que quiso prevenir en 2022.
Las nuevas plantas de carbón en China
De todos los permisos concendidos en 2022, más de la mitad de las nuevas plantas ya están operativas (produciendo 86 gigavatios, más del doble de los 40 gigavatios incorporados en 2021) y el resto "arrancará seguramente pronto".
"Muchos de estos permisos se concedieron de forma expeditiva y pasaron a la fase de construcción en apenas unos meses", indica CREA-GEM, afirmando que la capacidad se cuadriplicó con respecto a los 23 gigavatios permitidos en 2021.
Por el contrario, el análisis indica que el cierre de plantas de carbón se ralentizó en 2022, con lo que perdió 4,1 gigavatios, en contraste con los 5,2 gigavatios restados en 2021 por la clausura de instalaciones.
La organizaciones indican que, si bien la "masiva adición de la capacidad del sector del carbón no significa necesariamente que las emisiones de carbono aumenten en China", si las energías limpias continúan creciendo y la demanda de electricidad se estabiliza, esta "dificultará los compromisos de Pekín con el cambio climático y los hará más costosos".
El presidente chino, Xi Jinping, anunció en 2020 que el país alcanzaría el pico de emisiones de carbono en 2030, para después lograr la neutralidad en carbono en 2060, ante la creciente preocupación mundial sobre el cambio climático.
Asimismo, 2030 es la fecha en la que Pekín aspira a conseguir que los combustibles no fósiles proporcionen el 25% de la energía generada en el país, con el carbón responsable actualmente del 60% de la misma.
La energía eólica y solar son los principales motores de los esfuerzos chinos para lograr los objetivos de reducción de emisiones de carbono, mientras el país prevé una expansión de la capacidad de la energía nuclear en los próximos años. ir
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios