Cuando toca cambiar de coche, los conductores los prefieren híbridos

La transición eléctrica está ocurriendo pero no al paso que uno espera. Cierto es que hay países que ya cuentan con una cuota de vehículos eléctricos más que razonable como es el caso de Portugal, Francia o Alemania, aunque habrá que ver en estos dos últimos casos cómo se comporta el 2024 ante las restricciones realizadas a la compra de coches con huella de carbono y a la supresión de las ayudas gubernamentales, respectivamente. Por su parte, España se encuentra en un limbo en el que si bien los modelos cero emisiones se incrementaron en más de un 70% frente al 2022, la cuota de mercado todavía es reducida, del 5%, para poder hablar de un parque móvil eléctrico.

Y es que dar el paso definitivo a la electrificación no es fácil para todos los usuarios primero porque no cuentan con un lugar físico ya no solo donde guardarlo por la noche para evitar las bajas temperaturas del invierno, sino donde poder cargarlo en caso de que lo necesiten (casa o trabajo). Segundo y relacionado con ello, porque las estaciones de carga pública son todavía escasas en países como el nuestro, añadiendo además la problemática de que buena parte de las mismas está estropeada o sin activar. A todo ello hay que añadir la problemática en la concesión de las propias ayudas gubernamentales así como en unos precios de partida que siguen sin ser accesibles, ni siquiera en el mercado de ocasión.

Paso a paso

Por eso, según un estudio realizado por S&P Global Mobility confirma que la tendencia de muchos usuarios es ir electrificándose paulatinamente. Si bien los resultados reflejan la situación actual de Estados Unidos, el país norteamericano viaja casi de la mano con nosotros. Ello lleva a concluir que entre los meses de enero y octubre del pasado año, el 8,3% de los hogares que tenían un coche de combustión al uso y decidieron cambiar de coche, se decantaron por un híbrido tradicional o un híbrido enchufable, frente al 5,7% que decidieron dar el salto a los eléctricos. Circunstancia que también se percibe en nuestro mercado, pues la hibridación autorrecargable es, de las tres tecnologías electrificadas, la que tira actualmente de carro de las matriculaciones.

Según el informe, el principal punto de este cambio está en realidad relacionado con el aspecto monetario ya que la cuota mensual media de un coche de combustión es de 675 dólares (620 €) mientras que un híbrido resulta ligeramente más económico, 670 dólares (616 €). Por su parte un phev cuesta de media 798 dólares (734 €), mientras que por eléctrico puro hay que pagar 828 dólares (761 €). En lo que a modelos se refiere, son precisamente tres asiáticos los que más gustan en tierras norteamericanas si hablamos de híbridos: Honda CR-V, Toyota RAV4 y Accord Hybrid mientras que el Tesla Model Y (cuál si no) es el que más interesa dentro de los eléctricos. Con todo, desde S&P Global Mobility concluyen que “la transformación del sector automovilístico hacia un modelo totalmente eléctrico puede no ser tan rápida como esperan los defensores de los vehículos eléctricos, ya que los consumidores optan cada vez más por vehículos más sostenibles y energéticamente eficientes; un hecho que puede ser una señal de vacilación a la hora de adoptar plenamente la electricidad como medio de propulsión”.