Reparar un coche eléctrico podría ser más caro que uno de combustión

El coche eléctrico sigue dando de qué hablar, sobre todo cuando hay que poner el ojo (o en este caso la voz) más crítica, por mucho que compañías como Zunder intenten desmentir algunos mitos. Así, en su siguiente foro quizá tengan que meter como punto lo complicado que les puede resultar ahora mismo arreglar sus coches a los usuarios de modelos 100% cero emisiones, sobre todo si no quieren llevarlo a los oficiales y prefieren optar por uno local.

Porque si bien siempre se ha comentado que una de las grandes ventajas de los coches eléctricos es sin duda el bajo coste en el mantenimiento de los mismos debido al menor número de piezas móviles y elementos en general, la realidad es que le precio de las reparaciones pueden llegar a ser más caras si decides optar por un taller afín en lugar de uno oficial.

Poca cualificación y material

En este sentido, el primer escollo que se pueden encontrar es la falta de profesionales que especializado en el tratamiento de un coche eléctrico. Porque mecánicos hay muchos pero que sepan cómo arreglar un modelo cero emisiones, no tantos. De hecho en EEUU aseguran que harían falta 80.000 electricistas especializados en automoción para 2030 o en Australia prevén la necesidad de contar con 9.000 técnicos igualmente especializados.  Y de hecho en determinados modelos, como el BMW iX (prueba) o el Mercedes-Benz EQE (prueba) por citar algunos, que son los propios profesionales de las firmas alemanas los que deberían abrir los capós para ver qué les ocurre.

Lo segundo y relacionado con esto último: disponer del material técnico necesario para poder arreglar el coche, un hecho que en un taller local implicará un gran desembolso para tener todo preparado por si entra un usuario de coche eléctrico. Y es aquí donde al dueño de ese taller se le plantea el dilema. Porque en 2035 cuando el mercado sea mayoritariamente eléctrico, no habrá más opción que adaptarse a los cambios pero en la actualidad donde en mercados como el nuestro la muestra de coches eléctricos solo representa el 5% del total, adaptar la instalación para recibir pocos clientes de este tipo de automóviles, es quizá arriesgarse demasiado.

Aquí entra una variable muy a tener en cuenta: las baterías. Porque algunos de estos coches funcionan con sistemas de 400 y 800 voltios que podrían llegar a resultar mortales para el trabajador si no se manipulan de manera correcta; e incluso podrían incrementar el riesgo de incendio en la instalación si no se manejan correctamente o no se cumplen las medidas de seguridad pertinentes a lo que se suma la dificultad para apagarlo (pues la duración es mayor que la de un coche de combustión) si no se tiene el equipo necesario.

Horizonte esperanzador

A todo lo anteriormente comentado hay que sumar el precio de los seguros ya que según la empresa Guarantewiise en declaraciones recogidas por Reuters, la garantía de un año de un coche como el Tesla Model 3 es hasta tres veces mayor que la de una berlina de combustión de similar tamaño y eso se debe a la falta de una alternativa en materia de reparaciones a las casas oficiales. En lo que a seguros se refiere comparamos si comparamos lo que costaría una anualidad con un Jeep Avenger eléctrico (contacto) y otro de gasolina, en una compañía como la Mutua Madrileña la diferencia sería de 150 euros en favor del segundo teniendo en cuenta que con el primero se pagarían 703 euros y con el segundo 553 euros, con un todo riesgo sin franquicia.

Ahora bien, parece que puede haber luz al final del túnel sobre todo teniendo en cuenta la fuerte inversión de empresas como Tesla, que está formando ya a estudiantes de grado superior, o a Siemens que ha invertido 30 millones de euros en EEUU para que haya profesionales especializados en cargadores eléctricos. Por su parte, el Instituto de la industria del motor británico quiere que el gobierno asigne casi 20 millones de euros para ayudar a los talleres independientes a actualizarse con la infraestructura necesaria para intentar que las reparaciones de estos vehículos consigan ser igual de económicas que en los concesionarios oficiales, reduciendo además los tiempos de espera.