La semana pasada recibimos el anuncio por parte de EPM del daño que se presentó en la central hidroeléctrica de Guatapé. Un imprevisto incendio ocasionó la pérdida de la generación de energía hasta mayo, lo que afecta también a las centrales de Playas y San Carlos. De manera inmediata el Ministerio de Energía dio la orden de hacer uso pleno de la generación termoeléctrica reservada en Termocandelaria y Termodorada. Sin embargo, estas centrales solamente abastecen la generación con 8GWh, faltando 7GWh. Debido a esto, el ministro Tomás González definió la importación de energía desde Ecuador hacia Colombia.
Hoy en día los niveles de los embalses se encuentran en un 30% y ante este bajo nivel, las termoeléctricas están generando el 50% de energía, lo que conllevó al daño registrado en Termoflores por la máxima exigencia presentada. Es claro que los 18.000 millones de pesos que entregamos los colombianos al pagar el “Cargo por Confiabilidad” durante diez años, no se invirtió en el “mantenimiento y mejoras a las generadoras de energía, especialmente las termoeléctricas, para que el día en el que se necesite su capacidad, estén funcionando correctamente y evitar un apagón como el de 1992”.
No estamos preparados para una crisis energética como la que estamos viviendo, en parte por culpa del fenómeno de El Niño y es muy seguro que habrá racionamiento y un posible apagón nuevamente.
Debemos aprender de países como Alemania, Suecia, Estado Unidos, quienes hoy en día cuentan con generación de energía solar, eólica, entre otras. China actualmente posee más de 300 plantas de valorización energética de residuos y ahora anuncian la construcción de la más grande del mundo, mientras en Colombia estamos a reventar de “Rellenos Sanitarios” contaminantes para el medio ambiente.
La invitación a las generadoras es a implementar nuevas tecnologías para obtener energías limpias, construir nuevas o mejorar las plantas ya existentes con energías renovables que estén disponibles a la hora de necesitarlas y poco a poco ir dejando atrás lo convencional como la energía térmica que tanto daño le hace al ambiente y como ahora, no es funcional en nuestro país.
Al Gobierno Nacional, Departamental y Municipal, invitarlos a cambiar las leyes que obligan a las grandes empresas nacionales a invertir en el exterior, claro ejemplo EPM, quien adquirió por 965 millones de dólares Aguas de Antofagasta en Chile. Con lo que costó adquirir el 100% de esta empresa, se podría construir una planta de valorización energética de residuos sólidos, proyectos para generar energía solar a gran escala u otras alternativas de energías limpias.
Los invitamos a participar de la 1ra Conferencia Panamericana Waste To Energy “De los residuos a la energía”, un espacio para conocer las nuevas tecnologías que están cambiando la manera de generar energía y gestionar de manera adecuada los residuos sólidos urbanos.
**Hugo Ospina Cano **Presidente de ACIEM, Capítulo Antioquia.
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