Ningún comentario Un nuevo informe de Wood Mackenzie, “Trading cases: Tariff scenarios for taxing times”, presenta tres futuros distintos para el panorama energético mundial, destacando las implicaciones de largo alcance de las actuales tensiones comerciales para los sectores de la energía y los recursos naturales.
El informe presenta tres posibles perspectivas para los sectores mundiales de la energía y los recursos naturales: tregua comercial (la más optimista), tensiones comerciales (la más probable) y guerra comercial (el peor resultado), cada una de las cuales dibuja un panorama radicalmente distinto para el PIB mundial, la producción industrial y la oferta, la demanda y el precio del petróleo, el gas/GNL, las energías renovables y los metales hasta 2030.
“La actual incertidumbre en torno al panorama arancelario está reconfigurando los sectores de la energía y los recursos naturales”, afirma Gavin Thompson, vicepresidente de Energía de Wood Mackenzie. “Un menor crecimiento económico frenará la demanda de energía, los precios y la inversión, mientras que el aumento de los precios de importación elevará los costes en sectores que van desde el almacenamiento en baterías al GNL. Los líderes energéticos deben convertirse ahora en maestros de la planificación de escenarios, preparándose para todo, desde un crecimiento continuado hasta importantes perturbaciones del mercado”.
Las principales conclusiones del informe son las siguientes:
Mercados del petróleo
La demanda de petróleo en 2030 varía hasta en 6,9 millones de barriles diarios entre escenarios. En el escenario de tregua comercial, la demanda de petróleo alcanza los 108 millones de barriles diarios en 2030, con una media de 74 dólares por barril de Brent. En el escenario de guerra comercial, la demanda cae en 2026 y el Brent se hunde hasta los 50 dólares por barril.
“Las políticas comerciales se están convirtiendo en una fuerza fundamental para configurar el futuro de los mercados del petróleo”, afirmó Alan Gelder, vicepresidente senior de Refino, Productos Químicos y Mercados Petrolíferos. “La caída de la demanda de petróleo hace que el margen bruto de refino compuesto mundial se desplome hasta niveles de equilibrio, lo que genera presiones para la racionalización de los centros más débiles, sobre todo en Europa”.
Perspectivas del gas natural y el GNL
El escenario de guerra comercial podría exacerbar el exceso de oferta mundial de GNL previsto. En el escenario de tregua comercial, los precios del GNL caen de 11,2 US$/mmbtu en 2024 a 7,2 US$/mmbtu en 2030, a medida que el mercado absorbe una oleada de crecimiento de la nueva oferta de GNL. En el escenario de tensión comercial, el impacto podría ser limitado. Sin embargo, en el escenario de guerra comercial, los precios caen aún más a medida que la demanda china de GNL cae bruscamente, mientras que los aranceles obligan a los compradores a redirigir los cargamentos de GNL estadounidense.
“Aunque los aranceles plantean riesgos a la baja para el suministro mundial de GNL, es posible que haya más inversiones en GNL estadounidense”, dijo Massimo Di Odoardo, vicepresidente de investigación de gas y GNL de Wood Mackenzie. “Con el presidente Trump señalando a los países hacia la compra de más energía estadounidense, incluido el GNL, para reducir sus excedentes comerciales bilaterales, es probable que haya más inversiones en plantas de GNL estadounidenses, lo que también contribuirá a una mayor demanda de gas en América del Norte”.
Retos del sector eléctrico
Las tensiones comerciales y las posibles guerras comerciales plantean un doble reto al sector energético: reducir el ritmo de consumo de electricidad y, al mismo tiempo, perturbar el crecimiento impulsado por los nuevos centros de datos y las iniciativas de deslocalización. Estos vientos económicos en contra crean barreras a la inversión, afectando especialmente a los planes de reactivación de la industria manufacturera estadounidense.
Las tecnologías emergentes, como el almacenamiento en baterías y las energías renovables, se enfrentan a una mayor vulnerabilidad debido a sus complejas cadenas de suministro mundiales. En consecuencia, EEUU corre el riesgo de perder el acceso a fuentes de generación de bajo coste y a nuevas tecnologías, lo que podría ampliar la diferencia de costes con otros países.
“Con ciclos de planificación de 5 a 10 años, los costes impredecibles de los proyectos están perturbando las estrategias a largo plazo, especialmente en el almacenamiento en baterías debido al dominio chino de la cadena de suministro”, dijo Chris Seiple, vicepresidente de energía y renovables de Wood Mackenzie. “A medida que la asequibilidad de la electricidad se convierte en una cuestión política acuciante, la actual incertidumbre comercial está creando retos sin precedentes para el sector eléctrico”.
Implicaciones para los metales y la minería
El escenario de guerra comercial es el más perturbador, ya que anula el crecimiento previsto de la demanda de metales clave hasta 2026. La demanda de aluminio podría caer casi 4 Mt en 2026, y la de cobre 1,2 Mt. El sector manufacturero chino se enfrenta a graves problemas, que podrían inundar los mercados mundiales. Es probable una recuperación después de 2026, pero persisten las pérdidas permanentes de demanda.
“Nuestros escenarios comerciales potenciales revelan una perspectiva desafiante para los metales cruciales para la transición energética”, dijo Julian Kettle, vicepresidente senior y vicepresidente de metales y minería de Wood Mackenzie. “Incluso en un escenario de tregua comercial, prevemos problemas de suministro, mientras que una guerra arancelaria podría acabar con todo el crecimiento previsto hasta 2026. Esto podría suponer un desafío crítico para la transición energética justo cuando la demanda de estos metales se acelera”.
El informe concluye que, si bien los recientes acuerdos comerciales han alentado el optimismo, es prudente planificar en previsión de resultados comerciales divergentes.
Thompson concluye: “A pesar de los recientes acuerdos comerciales, el panorama del comercio mundial sigue cargado de incertidumbre. En un escenario de escalada de aranceles, prevemos impactos significativos en la fabricación y la producción industrial, lo que podría frenar el impulso de las inversiones en energía baja en carbono. Las empresas energéticas deben estar preparadas para adaptarse rápidamente a fin de mitigar los riesgos y sortear las interrupciones de la cadena de suministro. Ante la posibilidad de que las principales economías se enfrenten a periodos de recuperación prolongados, la agilidad en la estrategia y las operaciones será crucial para el sector energético en este entorno comercial impredecible”.
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