Croacia y Polonia anunciaron que van a pedir fondos comunitarios para construir un corredor valorado en 4.200 millones de euros que conectaría centros de distribución de gas en los mares Báltico y Adriático, un proyecto que busca reducir la dependencia del combustible ruso.
"Nuestros países consideran que es imprescindible unir el norte y el sur de Europa, desde Polonia hasta Croacia. El corredor norte-sur se ha convertido en una de las prioridades de la Unión Europea", declaró el ministro de Economía croata, Ivan Vrdoljak, tras una reunión con representantes polacos, según la agencia Hina.
Croacia desea construir hasta 2019 una gran terminal de gas natural licuado en la isla de Krk, un antiguo proyecto que ha cobrado nueva fuerza tras anunciar Rusia que cancela el proyecto de gasoducto South Stream.
El corredor aprovecharía algunos conductos ya existentes, pero serán necesarios unos 4.200 millones de euros para completar esa conexión norte-sur, según la cifra que manejan los medios croatas.
La idea es unir la terminal de Krk con el futuro centro de distribución de gas polaco de Swinoujscie, pasando por la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia.
Vrdoljak dijo que este corredor podría estar terminado en 2020 y que Polonia y Croacia pedirán conjuntamente fondos europeos para la obra.
El ministro polaco de Hacienda, Wlodzimierz Karpinski, explicó que la Comisión Europea está tratando el corredor como uno de los proyectos estratégicos más importantes, de modo que los dos países confían en recibir ese apoyo financiero de la UE.
La terminal de Krk tendría una capacidad de 6.000 millones de metros cúbicos de gas natural y un coste estimado de hasta 1.000 millones de euros, que Zagreb intentará sean financiados en un 50 por ciento por la Unión Europea.
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