Existen dos tipos de tecnología para generar electricidad a través de la energía solar: la tecnología fotovoltaica y la termosolar. Se trata de dos conceptos que aprovechan el sol como fuente de energía, pero que son diferentes en cuanto a su capacidad de gestión y su adaptación a la demanda.
La compañía Abengoa, que trabaja con las dos tecnologías, las define y compara. Estas son sus explicaciones:
La tecnología termosolar se basa en la concentración de la energía del sol para obtener energía térmica. Esa energía térmica se usa para generar vapor y con éste operar una turbina convencional que produce electricidad. La energía termosolar genera electricidad de forma gestionable, es decir, cuando la demanda lo requiera. Existen dos tipos principales de tecnología termosolar comercial: la tecnología de torre y la cilindroparabólica. En la actualidad, hay una potencia instalada de casi 4 GW, de los cuales 3.370 MW se distribuyen en plantas cilindroparabólicas y 538 MW en plantas de torre termosolar.
El mercado de la tecnología termosolar está determinado por la radiación solar directa (DNI por sus siglas en inglés), que es aquella que llega directamente del sol a la superficie terrestre, sin interferencias de partículas, nubes u otros elementos. Los países con una mayor capacidad instalada de tecnología termosolar son Estados Unidos y España. No obstante, se está viendo un gran crecimiento en países como Sudáfrica o Marruecos y se prevé que también formen parte del mix energético Chile, India, China y otros países en América Latina, Medio Oriente y norte de África.
La tecnología fotovoltaica consiste en el aprovechamiento de la radiación del sol para generar electricidad gracias a las características químicas de ciertos materiales. Esta tecnología genera electricidad directamente por el efecto fotoeléctrico, es decir, por la radiación solar sobre materiales semiconductores. El impacto de la energía solar sobre la estructura nuclear de los materiales semiconductores genera una corriente continua. Debido a este proceso, los módulos fotovoltaicos pueden generar energía en el momento en que la luz incide sobre el material.
La tecnología fotovoltaica está presente a nivel global, siendo los principales mercados China, Alemania y Estados Unidos. Globalmente, existen un total de 145 GW de potencia instalada a día de hoy, gran parte de ella dedicada al autoabastecimiento. Su evolución dependerá de la capacidad de superar sus principales retos: la maduración del mercado de fabricación de módulos y, sobre todo, el desarrollo de sistemas de almacenamiento que permitan superar el carácter intermitente de la energía de origen fotovoltaico.
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