La empresa australiana Vast Renewables afirma haber conseguido casi la mitad de la subvención prometida por la Agencia de Energías Renovables (ARENA) del Gobierno federal, mientras avanza en la creación de capacidad de fabricación de su tecnología termosolar y se prepara para el primer proyecto termosolar a gran escala del país.
El acuerdo de financiación de 30 millones de dólares forma parte de un acuerdo de financiación de 65 millones de dólares de la Agencia Australiana de Energías Renovables anunciado por el ministro federal de Energía, Chris Bowen, para principios de 2023.
La empresa trabaja ahora en el cierre financiero -previsto para principios de 2025- de un proyecto termosolar de 30 MW con ocho horas de almacenamiento (240 MWh) en Port Augusta, y una planta de metanol solar anexa, en lo que sería el primer proyecto termosolar a gran escala del país.
Salidas en falso
Esta tecnología ha tenido varias salidas en falso. Un proyecto termosolar de mayor envergadura presentado por la empresa estadounidense Solar Reserve para Port Augusta fracasó tras la quiebra de ésta, y Vast aún espera aprovechar la oferta de 110 millones de dólares de financiación en condiciones favorables que el Gobierno federal puso a disposición de aquel proyecto.
El segundo tramo de 35 millones de financiación de Arena será de gran ayuda. También espera contar con los recursos del gigante nuclear francés EdF, que ha invertido 10 millones de euros en la propia Vast y podría convertirse también en socio capitalista del proyecto de Port Augusta, cuyo coste previsto oscila entre 360 y 390 millones de dólares.
La noticia se conoció cuando el CSIRO también anunció una recaudación de capital récord para su propia tecnología termosolar, lo que alimenta las esperanzas de que por fin llegue el día de la energía termosolar en Australia, tras más de una década de promesas que se vieron frustradas por el desplome de los costes de la energía solar fotovoltaica.
Según el CEO de Vast, Craig Wood, hay varios factores a favor de la energía termosolar, como su propia reducción de costes, su almacenamiento de larga duración a un coste relativamente bajo, esencial para las redes con un alto porcentaje de renovables (sobre todo las que carecen de hidroeléctrica de bombeo), la demanda de calor solar y la promesa de tecnologías adyacentes como los combustibles solares, incluido el metanol.
Almacenamiento a largo plazo
Según Wood, la energía solar fotovoltaica y el almacenamiento en baterías han dominado el mercado de las redes con una cuota de hasta el 60% o el 65% de energía eólica y solar. Más allá de eso, se necesita almacenamiento a largo plazo.
Wood dice que EdF está interesada porque, a pesar de centrarse en el mantenimiento del parque nuclear francés, tiene un gran compromiso con las energías renovables, y tiene experiencia -por sus instalaciones nucleares- en el uso de sodio como fluido de transferencia de calor. (El sodio se utiliza en algunos reactores nucleares como refrigerante).
Según Wood, Vast está bien situada para sacar adelante su proyecto, a pesar de las cuantiosas pérdidas que ha sufrido recientemente debido a amortizaciones no monetarias y al coste de cotizar en EEUU, donde espera acceder a los mercados de capitales.
Su plan a largo plazo no es convertirse en promotora, sino en fabricante y licenciataria de tecnología termosolar, como helióstatos (espejos), receptores y sistemas de control, pero necesita construir un proyecto «único en su género» para atraer compradores.
“Conseguir esta financiación nos ayuda a acelerar la fabricación de nuestra tecnología ecológica australiana y las fases finales de desarrollo de nuestro primer proyecto a escala comercial”, declaró Wood. “El respaldo de Arena ha sido fundamental, ya que nos ha llevado a un punto en el que estamos despertando un gran interés entre los inversores, la industria y los gobiernos internacionales, deseosos de explorar cómo nuestra tecnología puede desempeñar un papel clave en la descarbonización de sectores difíciles de eliminar, como la electricidad, la industria y los combustibles”.
“Con el apoyo continuo del Gobierno australiano y de nuestros inversores, estamos deseando construir nuestros próximos proyectos y ayudar a Australia a convertirse en una potencia exportadora de esta nueva generación de tecnología verde”.
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