Renovables

De cómo el coche eléctrico acabará con los pagos por capacidad de la generación con fósiles

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Teodora Serafima es asesora de Bellona Europa, una ONG medioambiental dedicada a ofrecer soluciones tecnológicas al cambio climático. Bellona ha defendido los coches eléctricos y la integración de la batería de almacenamiento energético en el sistema eléctrico de Oslo, Noruega, durante varias décadas, y está ampliando este trabajo a nivel europeo desde su oficina en Bruselas.

La Comisión Europea reconoce que las tecnologías de almacenamiento de energía tendrán que desempeñar un importante papel en el sistema de energía en el futuro, tanto en su estrategia de seguridad energética, como en la más reciente Unión de la Energía. Bellona lleva mucho tiempo convencida de la necesidad de almacenamiento de energía de cara a una participación cada vez mayor de las energías renovables en el mix energético. El avance de la tecnología de almacenamiento se va a materializar rápidamente, sobre todo gracias a la industria del automóvil eléctrico.

El almacenamiento de energía abre infinitas posibilidades hacia un mayor uso de la energía renovable. Al hacerlo, permitirá hacer un menor uso de energía fósil. El ser menos dependientes de la energía fósil hace erosionar las subvenciones. Un ejemplo de ello son los pagos por capacidad, que hasta ahora han mantenido viva esta industria. Véase los ciclos combinados o las térmicas.

Tecnologías como las baterías de aire comprimido, pueden almacenar a un bajo costo la energía renovable cuando el sistema experimenta un exceso de oferta, y luego liberan esta energía a la red cuando es más necesaria, como por la noche en el caso de la energía solar o cuando la salida de la energía eólica está por debajo de la demanda.

En resumen, el almacenamiento da una mayor flexibilidad a las renovables que actualmente carece. Según la experta, esto sería potencialmente más perjudicial para los combustibles fósiles, ya que podría hacer que la energía fósil tradicional se quedase superflua.

La posición de Bellona en los pagos por capacidad ha sido firme desde el principio. La ONG cree que son un tratamiento pobre por los fallos actuales del mercado de la electricidad y ponen en riesgo los objetivos del mercado único.

El efecto del coche eléctrico

La industria de los vehículos eléctricos está impulsando la evolución de la tecnología de baterías, que proporcionarán almacenamiento de energía flexible para la variabilidad de las renovables.

Los cálculos de Bellona muestran que cuando se utilizan las baterías de la población actual de cuatro millones de vehículos eléctricos vendidos 2010-2015 se está dando una nueva vida en el sector energético. El resultado sería una capacidad de almacenamiento de 128 GWh. Esto es suficiente para almacenar y liberar la casi totalidad de la capacidad diaria de Alemania a partir de la energía solar en los períodos pico en el verano. Con los 20 millones de coches eléctricos que se prevé que se venderán en todo el mundo para el año 2020, la capacidad de almacenamiento será superior a 640 GWh, y seguir creciendo a partir de entonces.

Por lo tanto Bellona considera probable que la revolución del coche eléctrico será seguida por otra aun más grande en el suministro eléctrico. Los fabricantes de coches eléctricos ya están trabajando en la reutilización de las baterías, como en Japón, donde se están usando baterías de Nissan para proporcionar respaldo fuente de alimentación a los hospitales.

Por otra parte, Tesla ha lanzado recientemente su "sistema Powerwall" - de almacenamiento de energía en los hogares para soportar grandes volúmenes de energía solar y eólica, lo que permite que un sistema de energía baja en carbono.

Por último, pero no menos importante, el almacenamiento de energía beneficiaría a los consumidores con una caída del precio mayorista gracias al impulso y la integración de las renovables, mientras que el exceso de capacidad de respaldo proporcionado por las plantas fósiles se reduce. Además, las tecnologías de almacenamiento de energía son el siguiente paso adelante en la protección del clima, permitiendo electricidad baja de carbono para su uso cuando sea necesario.

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