El primer ministro italiano, Mario Draghi, instó hoy a los países del G20 a compartir la carga financiera de la transición ecológica para que su impacto no recaiga solo en hogares y empresas, y aseguró que el ritmo del cambio hacia un mundo que proteja el medio ambiente debe tener en cuenta la adaptación del tejido productivo.
"Los gobiernos deben acompañar a las empresas y los ciudadanos a través de la transición ambiental. Debemos dar claridad y coherencia a las reglas, ayudar a las empresas y los trabajadores a aprovechar las oportunidades de esta transformación y estar dispuestos a compartir parte de su carga financiera", dijo
En su opinión, "la velocidad de la transición debe tener en cuenta la capacidad de adaptación de nuestro sistema productivo. Y debemos mantener el apoyo público a nuestras políticas, una condición previa necesaria para que estos cambios sean sostenibles".
Draghi intervino en un evento organizado por el B20, el foro empresarial del G20, y dijo que "los países del G20 son responsables del 75 % de las emisiones globales".
Por eso -añadió- la presidencia italiana de turno trabaja para que estas economías se comprometan a "limitar el calentamiento global a 1,5 grados en comparación con los niveles preindustriales", algo que no consiguieron los ministros de Medio Ambiente y Energía en el G20 en Nápoles, al no sumar a China a este esfuerzo.
Recordó que "el Banco Central Europeo (BCE) estima que el cambio climático desenfrenado provocará una caída del 40 % en la productividad de las empresas para 2050", año en el que la ONU ha alentado a los países a lograr la neutralidad de las emisiones de carbono.
La presidencia italiana del G20 trabaja también para "preservar y fortalecer un sistema comercial multilateral eficaz basado en normas dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) (...) que pueda beneficiar a las empresas, los consumidores, pero también a los trabajadores", y en este sentido confía en que la cumbre de líderes del 30 y 31 de octubre alcance "un firme compromiso con la reforma de la OMC".
La presidenta del B20, Emma Marcegaglia, pidió "que se restablezca un comercio mundial más libre, con menos barreras aduaneras para dar mayor impulso a la economía".
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