La empresa francesa de generación y distribución eléctrica, EDF, cuyo principal accionista es el Estado, planea vender al gigante nuclear ruso Rosatom un 20 % de las acciones del fabricante de turbinas nucleares Geast, cuyas negociaciones podrían verse afectadas por las sanciones a Rusia.
Según informa este miércoles el diario Le Figaro, fuentes del Gobierno francés aseguran que "mientras que las sanciones contra Rusia no afecten a lo nuclear, la entrada de Rosatom al capital de Geast (filial común entre General Electric y Alstom) sigue estando sobre la mesa".
De cerrarse este acuerdo, que ha sido validado por las dos partes, EDF seguiría estando en posesión del 80 % restante de las acciones.
La eléctrica francesa negocia con General Electric la compra de su fábrica, con sede en Belfort (este de Francia), unas discusiones que han sido públicamente aplaudidas por el jefe del Estado, Emmanuel Macron.
Pero al mismo tiempo, Rosatom negocia la entrada en Geast, proveedor estratégico de turbinas nucleares para la empresa rusa, cuya compra por parte de EDF podría suponerle un problema, según el diario, ya que la eléctrica francesa es a su vez fabricante del modelo de reactor EPR, competidor directo del VVR de Rosatom en los mercados internacionales.
La filial de Geast provee a Rosatom la turbina de vapor, el alternador y todo el equipamiento convencional de su reactor, e incluso, para facilitar la comunicación con el ruso, se creó en 2007 una empresa conjunta junto a Alstom -antiguo propietario de las turbinas Arabelle- para adaptar los elementos al reactor ruso.
Al igual que el sector del gas y el petróleo, la energía nuclear se mantiene hasta ahora fuera de las sanciones aplicadas por la Unión Europea a Rusia, pero en el caso de que se amplíe a ella Geast no podría seguir facilitando material a Rosatom.
En caso de aplicarse sanciones, fuentes cercanas al dossier explican que sería un "golpe duro" para Geast con efectos problemáticos en los próximos tres o cuatro años, pero que serviría para acelerar el programa francés de construcción de nuevos reactores nucleares EPR, anunciado en febrero por Macron.
De entrada, el temor a las sanciones ha llevado a EDF a renegociar el precio con General Electric, cuando a principios de febrero el valor de Geast había sido estimado en 1.200 millones de dólares.
"Si Rosatom desaparece de la mesa, Arabelle no tendría el mismo valor", subrayan fuentes citadas por el periódico galo, que señala en cambio que el embargo podría ser "fatal" para Rosatom.
En la actualidad, Geast construye alternadores gigantes para la central turca que la rusa construye en Akkuyu (Turquía) y, si las sanciones de la UE se extendieran al sector nuclear, un hipotético bloqueo de la entrega de esos componentes desde Francia supondría parar las obras allí.
Eso podría llevar incluso a la pérdida de los contratos en marcha del gigante ruso, cuando Finlandia ya ha anunciado que está estudiando el proyecto de construcción de una central nuclear junto a Rosatom, añade el diario.
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