En el escenario más favorable para el desarrollo de las renovables, el modelo de la consultora EKON prevé alcanzar un 69,4% de generación eléctrica en 2030, solo un 4,6% por detrás del objetivo del 74% que establece el Gobierno en el borrador del PNIEC.
Según ellos, para alcanzar el objetivo de generación a partir de renovables no será necesaria tanta nueva capacidad como prevé el PNIEC. El modelo de esta consultora que evalúa mercados y hace previsiones de precios, el modelo EKON, alcanza el 69,4% con 10,5 GW y 24,3 GW de nueva capacidad eólica y fotovoltaica respectivamente, mientras que el PNIEC se pone como objetivo 27 GW y 32 GW nuevos de cada una de dichas tecnologías renovables. El PNIEC no ha tenido en cuenta que con los avances tecnológicos esperables en fotovoltaica y eólica los rendimientos y el número de horas equivalentes de funcionamiento aumentarán y se podrá conseguir una mayor producción con menor capacidad instalada.
Estas son las principales conclusiones que se extraen de la presentación que Kim Keats, Director de Modelización de Mercados de la consultora española EKON Strategy Consulting, realizó sobre los resultados de su modelo de proyección de precios y expansión de capacidad durante el Congreso Solar & Wind SWES 2019 que ha tenido lugar en el Hotel Eurostars Suites Mirasierra de Madrid este jueves.
Otra de las conclusiones del modelo de EKON es que, a diferencia de los resultados observados en otros modelos, la entrada masiva de capacidad renovable, y en particular fotovoltaica, si bien provocará una reducción de los precios medios obtenidos por esa tecnología, no provocará un colapso de los precios, como temen algunos actores del sector (la temida “canibalización”).
A largo plazo, el coste normalizado (“LCOE” en inglés) de la energía eólica, siendo “quasi-baseload”, fijará el precio de mercado, de modo que el apuntamiento de la fotovoltaica dependerá del ratio del LCOE de eólica y fotovoltaica.
Siempre y cuando la entrada de nueva capacidad eólica y fotovoltaica se produzca de manera gradual, escalonada, y no de golpe (lo cual sería difícil dadas las limitaciones técnicas y financieras), se llegará a un punto de saturación a partir del cual caerá la rentabilidad de los proyectos hasta hacer que los inversores pierdan el interés por seguir instalando nueva capacidad, y en ese punto los precios tenderán a estabilizarse.
Por último, en relación a las nuevas subastas que el Gobierno tiene intención de llevar a cabo para estimular la entrada de renovables, Kim Keats señaló que en una situación en la que las tecnologías eólica y fotovoltaica han alcanzado la paridad de red, es decir son competitivas y rentables en la situación de mercado actual sin ayudas públicas, conviene dejar que el mercado decida por sí solo cuánta capacidad instalar, sin necesidad de intervención pública.
Si el mercado decide dar entrada a la capacidad que el gobierno se ha dado como objetivo es porque el sistema lo necesita, y viceversa. También pidió que cualquier mecanismo regulatorio que el Gobierno decida poner en marcha, ya sean subastas, certificados verdes u otros, no discriminen unos activos frente a otros en función de su fecha de puesta en marcha.
Forzar la entrada de capacidad renovable podría provocar desequilibrios en el mercado que afectarían a la rentabilidad de los proyectos y su capacidad de devolver la deuda. Además, podría resucitar el fantasma del déficit de tarifa, provocando la huida de inversores y una nueva parálisis del sector que nadie desea. Un mercado de garantías de origen (certificados verdes) donde el gobierno define una meta de energía renovable sería compatible con el funcionamiento del mercado eléctrico europeo, no discriminaría entre diferentes operadores, y no causaría un déficit tarifario, señala el informe.
Dabama
14/06/2019