Las dudas sobre la evolución de la economía de China, segundo consumidor mundial de crudo, continuaron hoy lastrando a la baja el precio del Brent, que cerró su cotización en Londres en 46,62 dólares, un 1,14% abajo, cerca del mínimo de 2015 registrado en enero.
La decisión de Pekín de devaluar el yuan un 4,7% respecto al dólar, la divisa en la que se comercian los futuros del petróleo, ha afectado desde la semana pasada a las bolsas internacionales y los mercados de materias primas.
El impacto de esa devaluación en las compañías con intereses exportadores en China y el temor a los efectos sobre la demanda de petróleo de una ralentización del gigante asiático han agudizado el descenso que el crudo de referencia en Europa venía registrando en las últimas semanas.
El precio del barril de Brent para entrega en octubre se acercó hoy al mínimo de 45,19 dólares que registró a principios de año influido por un escenario de exceso de oferta en los mercados.
El pulso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se niega a reducir su producción, sumado a las cada vez más elevadas reservas de petróleo estadounidenses, llevó al crudo a niveles que no se veían desde 2009.
Siguiendo el criterio de Arabia Saudí, la OPEP ha mantenido la estrategia de mantener la producción en 30 millones de barriles diarios a la espera de que el precio del crudo se corrija por sí mismo tras la caída de enero.
En mayo llegó a rozar los 70 dólares, pero desde entonces ha vuelto a caer cerca de un 31 %, arrastrado por las turbulencias en los mercados asiáticos y la perspectiva de que el regreso del crudo iraní a los mercados internacionales agrave el escenario de saturación por exceso de producción.
El pacto entre Teherán y la comunidad internacional sobre el programa nuclear iraní permitirá que se levanten las sanciones a la exportación de crudo que pesan sobre la República Islámica.
Se calcula que la misma semana en la que se retiren las prohibiciones Teherán estará en disposición de bombear 500.000 barriles por día, y más de un millón en el mes siguiente al fin del embargo.
La previsible entrada de un nuevo actor en los mercados internacionales ha roto parte del equilibrio que se había logrado en los últimos meses.
Al mismo tiempo que aumenta la oferta, Estados Unidos continúa acumulando crudo, en parte gracias al florecimiento de la industria del esquisto en el país.
Las reservas estadounidenses se mantienen desde hace semanas en su nivel más alto en ocho décadas, lo que aumenta los temores sobre la evolución de la demanda por parte el primer consumidor mundial de petróleo.
En ese escenario, las turbulencias en la economía china han sido una nueva causa que ha pesado en los últimos días sobre la cotización del Brent.
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