El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN acaba de hacer historia al colisionar dos haces de protones a una energía de 13 TeV (teraelectronvoltios). La cifra supera ampliamente los 8 TeV con los que pudieron descubrir el bosón de Higgs, y se acerca al límite de diseño de la máquina.
Los técnicos del CERN han logrado hacer circular, por el anillo de 27 kilómetros de circunferencia del LHC, haces de protones a una energía de 6,5 TeV, lo que tuvo como consecuencia las colisiones a 13 TeV, algo que nunca había sucedido hasta ahora.
Y es que luego de dos años de mantenimientos, reparaciones y preparación, el LHC ha vuelto al trabajo totalmente renovado. Tras la puesta a punto, la nueva ronda de experimentos comienza en junio de este mismo año y durará hasta 2018. Los científicos e ingenieros del CERN encargados de la máquina más grande e importante que ha construido el ser humano, es comprobar su estado sometiéndola a pruebas muy exigentes, y el resultado ha sido alentador, según un comunicado.
Aseguran que no hay mejor forma de comprobar el estado de la máquina que realizando colisiones como si estuviera ya en medio de una serie de experimentos, lo que verifica el estado del sistema que protege sus imanes, de los detectores de partículas y, por supuesto, del acelerador como tal.
Debemos recordar que cuando en el año 2012 el CERN pudo demostrar la existencia del bosón de Higgs, lo hizo realizando colisiones de protones a una energía máxima de 8 TeV. Ahora, con estas colisiones a 13 TeV, que están muy cercanas al límite de energía que puede alcanzar el LHC por diseño, los científicos se preparan para explorar nuevas fronteras con la ambición de resolver algunos de los grandes misterios acerca de cómo funciona el universo.
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