El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha solicitado información adicional para evaluar la petición de la central nuclear de Garoña de renovar su permiso de explotación hasta el 2031, fecha en la que Garoña alcanzaría los 60 años de antigüedad.
El pasado 27 de mayo, el titular de Garoña (Nuclenor, participada al 50 % por Endesa e Iberdrola) presentó dicha solicitud y el 29 de mayo el Gobierno solicitó al CSN el informe preceptivo.
Nuclenor pidió operar hasta 2031, para lo que se necesita un informe técnico del CSN que, si es negativo, obligaría al cierre de la planta y, si es positivo, dejaría la decisión última en manos de Industria y el Consejo de Ministros.
Medidas insuficientes
Sobre esta cuestión se ha pronunciado el físico nuclear Francisco Castejón, que trabaja en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y es portavoz de Ecologistas en Acción, quien advertía de que los dos paquetes de medidas que solicitará el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a Garoña para volver a operar resultan "insuficientes", ya que no solucionarán cuestiones como la corrosión de su circuito primario (sistema de circulación del fluido refrigerante usado para extraer el calor del núcleo de un reactor) ni los problemas de su vasija.
Sobre la corrosión de su circuito primario, Castejón estima que "aunque se haya intentando paliar, no hay solución. Ha afectado al barrilete, a las penetraciones inferiores y a algunas tuberías del circuito primario". A ello se suma el problema de las dos centrales belgas Doel 3 y Tihange 2, paralizadas por el Gobierno de Bélgica tras hallarse miles de pequeñas fisuras en el acero de la vasija, y cuyo fabricante es el mismo que el de Garoña.
Castejón cree que en vez de meterse en todas estas reparaciones "lo más sensato sería el cierre.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios