El gas natural vehicular, el combustible idóneo para mejorar la calidad del aire en las ciudades

El gas natural vehicular es uno de los combustibles con mayor futuro. Son numerosas sus ventajas, pero ahora que se acerca la Conferencia de las Partes de Naciones sobre cambio climático y tras el escándalo de las emisiones de Volkswagen, este combustible se ha convertido en una solución imprescindible para mejorar la calidad del aire de las ciudades.

España, no se salva de la quema. Las grandes ciudades españolas, sobre todo Madrid, supera los límites legales de contaminación del aire. La boina gris que normalmente se ve en la capital es debido en mayor parte por culpa de las emisiones de partículas sólidas de los cientos de miles de vehículos que se mueven a diario por sus carreteras.

Esta alta contaminación no solo destruye el medio ambiente sino, sobre todo, en las grandes ciudades afecta directamente a la salud de las personas. Es por ello, que las grandes ciudades deben tomar cartas en el asunto.

Una de las grandes soluciones que podrían tener en cuenta los ayuntamientos afectados es el desarrollo del gas natural vehicular. Algunos de ellos como Madrid y Barcelona ya lo utilizan en sus flotas de autobuses urbanos, pero la tendencia es que va a ir a más. "El objetivo es que las administraciones ayuden a sustituir las flotas de coches por vehículos menos contaminantes como los de GNV", dice Marta Margarit, directora general de Sedigás.

Por este motivo, es fundamental la implantación de vehículos que garanticen una reducción de emisiones encaminadas a mejorar la calidad del aire de las ciudades.

En este sentido, el gas natural vehicular ofrece múltiples ventajas. Por ejemplo, este combustible es capaz de reducir en un 80% las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) o cerca del 100% de las emisiones de partículas sólidas y de óxidos de azufre en los automóviles que circulan por las ciudades, según datos del estudio de Deloitte Desarrollo del gas natural vehicular en España: análisis de beneficios y potencial contribución a la economía nacional, de enero de 2015.

Este mismo informe señala que los vehículos pesados, es decir, autobuses, furgonetas, etc, también generarían importantes reducciones de gases a la atmósfera. En cuanto a la relación del gas natural vehicular con los gases de efecto invernadero, en el ámbito de los vehículos ligeros, las emisiones de CO~2~ son un 20% inferiores a las de un vehículo de gasolina.

Pero las ventajas del GNV no se quedan solo ahí. También los bolsillos van a beneficiarse de la implantación de esta nueva tecnología gracias “a sus reducidos consumos”, explica Andrew Shepherd, experto de GNC en SEAT. Por poner un ejemplo: recorrer los 600 kilómetros que separan Barcelona y Madrid cuesta apenas 20 euros. (Ver gráfico)

Uno de los grandes mitos de los coches que utilizan gas natural es la seguridad. Algo que Andrew Shepherd desmiente categóricamente. “Son vehículos que salen de la línea de montaje en Martorell y cumplen con los mismos estándares de calidad, desarrollo y garantía que cualquier otro modelo de nuestra gama”, explica Shepherd.

Impulso

Los datos de la implantación de los vehículos con gas natural vehicular no son muy positivos, aunque hay señales de que cada vez más gente se pasa al GNV. Según datos de Gasnam, facilitados durante el primer trimestre de 2015, en España existe una flota de 4.600 vehículos alimentados con gas natural. De estos vehículos: el 40% son autobuses urbanos, el 29%, camiones de recogida de basura, el 14%, furgonetas, el 8%, vehículos ligeros y flotas de taxis (incipiente), el 5%, camiones y el 4%, carretillas elevadoras.

Aun así, en los últimos cinco años, las ventas de vehículos propulsados por gas natural vehicular en Europa se han triplicado. Por su parte, durante el mismo periodo, las ventas en España se multiplican por seis. El interés por el gas natural vehicular como combustible alternativo aún se encuentra en la fase inicial en España. Pero el desarrollo del GNV tiene que ir a más. Es cuestión de dar a las teclas correctas. Y en eso se encuentra ahora mismo España, en darle a esta tecnología el impulso necesario para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

A día de hoy, existe un grupo interministerial que está trabajando en una normativa que impulse definitivamente este sector, tanto la industrialización, el dar facilidades a los fabricantes de vehículos, como el mercado, con medidas que estimulen la compra de estos coches.

"Y no hay que olvidar las infraestructuras para desarrollar estos mercados", afirma Margarit, quien asegura que en las próximas semanas se avanzará en la creación de la norma. Lo que busca la industria es que la administración facilite este desarrollo.

Ahora hay 21 provincias españolas, con las grandes capitales a la cabeza, con estaciones de servicio de GNV. En total, hay 42 gasolineras de este tipo. Una de las empresas que m´s está trabajando en este desarrollo es Gas Natural Fenosa. José Ramón Freire, director de soluciones de movilidad de Gas Natural Fenosa asegura que “nuestra compañía desde hace años tiene ya estaciones de carga de gas comprimido en las principales ciudades”. “En los últimos años estamos desarrollando estaciones en los principales corredores, radiales y vías de comunicación que hay en la Península Ibérica”, añade.

El objetivo final no es otro que crear una red de abastecimiento suficientemente extensa para incentivar, definitivamente, la expansión de este tipo de vehículos.

Caso Volkswagen

Conseguir crear un auténtico mercado de gas natural vehicular en España es el objetivo. Otra cosa son los medios. Y claro, en la actualidad ha sucedido algo en el sector de la automoción que podría ayudar a impulsar el GNV en Europa, y por tanto en España. Es el caso de Volkswagen. El hecho de haber engañado con las emisiones de sus coches de diésel hará cambiar el sector desde el punto de vista del medio ambiente. "Puede ayudar", afirma Margarit, "hay que tener en cuenta que el diésel es lo más contaminante en cuanto a la calidad del aire se refiere".

Este hecho hará que empresas como SEAT apuesten más por modelo más eficientes, que contaminen menos y el gas natural es una oportunidad para los ciudadanos, sobre todo económica, para cambiar la actual situación de la calidad del aire de las ciudades donde viven. Solo falta concretar las medidas de impulso.