La compañía de carbón Murray Energy ha estado financiando la oposición a un proyecto eólico marino en el lago Erie. El proyecto Icebreaker Wind, de 126 millones de dólares y seis turbinas, se ha sometido a un análisis regulatorio en la Junta de Ohio Power Siting. Murray Energy, con sede en Ohio, no ha entrado oficialmente en el proceso de toma de decisiones, pero ha financiado la representación legal y la consultoría para otros grupos que se oponen al parque eólico.
El desarrollador del proyecto, Lake Erie Energy Development Corp., proporcionó datos evidentes a los reguladores estatales la semana pasada sobre la participación de Murray Energy. El gigante del carbón confirmó su participación en un artículo publicado el domingo en el Cleveland Plain Dealer. El portavoz Cody Nett enmarcó la implicación de la compañía como un ejercicio de transparencia.
"Murray Energy se complace de que su asesor externo ... pueda ayudar a los residentes de Bratenahl a evitar que Icebreaker lance este proyecto mediante el proceso de certificación de la Junta de Ohio Power Siting sin el escrutinio público y la oposición que merece", dijo Nett a la publicación.
Los informes no indicaban que Murray hubiera infringido ninguna ley con su intervención. Las solicitudes para la ubicación de centrales eléctricas brindan a las partes interesadas la oportunidad de expresar sus quejas con una propuesta, pero el caso de Ohio revela un nuevo tipo de desafío que los desarrolladores eólicos deben superar para expandir la eólica marina en EEUU, más allá del único proyecto que opera hoy.
Concretamente, la compañía de carbón pagó por la representación legal de dos residentes de la comunidad de Bratenahl frente al lago que se opusieron al proyecto eólico en el proceso de ubicación. Ambos residentes declararon que ellos no habían pagado los honorarios legales, y que no sabían que Murray estaba cubriendo sus gastos legales, informó The Plain Dealer. Murray Energy también pagó a un consultor 430 dólares la hora para producir un informe sobre la viabilidad económica de la planta eólica.
El CEO Robert Murray ha desempeñado un papel activo en los recientes debates sobre la dirección del mix eléctrico de EEUU. Él ha abogado por una acción federal para evitar más cierres de plantas de carbón, diciendo recientemente que si la tendencia continúa, "la gente va a morir en la oscuridad".
Al proporcionar recursos a partes no afiliadas, Murray pudo haber influido en el resultado sin que el público lo supiera. Ahora que la información está abierta, revela la flexibilidad de Murray en la búsqueda de una política energética que mantenga al carbón al frente.
Comparado con los 20.000 megavatios de capacidad de carbón que Murray ha advertido de que podrían cerrarse en los próximos cinco años, el proyecto eólico se ve infinitamente pequeño. Si se aprueba, insertará seis turbinas de 3,45 megavatios en el lago Erie, a ocho millas al norte de Cleveland, interconectadas a una subestación en tierra. La planta comenzaría a funcionar a principios de la década de 2020.
"El lago Erie es un lugar ideal para la energía eólica marina, con amplia capacidad de interconexión disponible, grandes centros de carga a lo largo de la costa, creciente demanda de energía debido a jubilaciones de plantas existentes, una sólida base manufacturera y otras fuentes limitadas de energía renovable", dice la web del proyecto.
Un proyecto tan pequeño como Icebreaker no representa una amenaza para el imperio de carbón de Murray; el carbón suministró el 58% de la generación eléctrica neta de Ohio en 2017, según la Administración de Información Energética. Sin embargo, si este proyecto de demostración diminuto resulta exitoso, sentará las bases para que llegue más eólica marina. Hasta la fecha, EEUU solo ha completado un parque eólico marino, la instalación de 30 megavatios de Block Island en Rhode Island.
El cambio ya está en camino. EEUU está en camino de desplegar 2,3 gigavatios de eólica marina para el año 2026 , según la firma de investigación eólica MAKE Consulting. La generación eólica barata, junto con otros factores como el abundante gas natural, ejerce presión a la baja sobre los precios mayoristas que pueden hacer que las plantas de carbón sean menos económicas para operar.
La intervención de Murray a un costo relativamente bajo podría, en el mejor de los casos, ayudar a retrasar la llegada de esa industria a Ohio. Queda por ver cómo la revelación sobre la participación de la compañía minera afectará la eficacia del esfuerzo.
En una declaración a The Plain Dealer, el portavoz de Murray sugirió que la compañía estaba defendiendo el bien público de las actividades motivadas por las ganancias del desarrollador eólico. "Esa entidad con fines de lucro está gastando cientos de miles de dólares para abogados y otros minions contratados en su intento de imponer este proyecto nefasto y desatinado para la gente de Ohio", escribió Nett. Murray Energy también se ajusta a la descripción de una entidad con fines de lucro que contrata abogados para influir en la política.
Los debates de ubicación provocaron una acalorada oposición en el pasado. A medida que más desarrolladores eólicos trabajen para la certificación de grandes proyectos, tendrán motivos para preguntarse cuánto del calor que sufren es impulsado por el carbón.
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